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martes, 27 de diciembre de 2016

La delgadez como balance de 2016, por Eddy Timaure

Es común que la delgadez haya tomado cuerpo (o expropiado cuerpo) en la humanidad de la mayoría de los venezolanos. Niños, adolescentes, adultos y ancianos famélicos se exhiben por doquier como evidencia de la "democratización" del hambre, esa que no llega a la rechoncha humanidad de quienes, independientemente de su posición política, mayoritariamente afecta al régimen, disfrutan de las ventajas del poder. 

Pero la delgadez, esa que me mata verla apropiada de la humanidad de mis hijos, de mi familia y de todo el pueblo, y de la que no he podido escapar, pareciera haberse extendido a otras esferas de la vida social. Así, los sueldos y salarios de los trabajadores venezolanos, esos a los que economistas y opinadores del régimen y de la oposición le atribuyen, manipulación de por medio, cualidades inflacionarias, son de los más delgados del mundo, en tanto a duras penas llega, el salario mínimo, a unos 10 dólares al mes, mientras que las ganancias del sector financiero, de los importadores y el patrimonio de la vieja y nueva burguesía se acrecienta de manera grosera. 

La delgadez hizo casi invisible los derechos humanos. Al menos desaparecieron de los tratados, de la constitución, leyes y demás normas que leen magistrados, jueces, fiscales, funcionarios policiales y militares, así como los dirigentes vinculados al régimen, salvo que ella, casi convertida en pandemia, haya afectado las neuronas de los mismos hasta hacerlas casi desaparecer, incluso las de aquellos con vieja formación revolucionaria hoy devenidos en chavistas. Además de la exclusión por razones políticas y derivadas de los paquetazos económicos (en cualquier escenario de la vida venezolana), la represión, la persecución y el encarcelamiento a disidentes u opositores se acrecentó este año. Ninguna carantoña de la MUD fue válida para frenar esa tendencia. Por el contrario, los abusos se acrecentaron y, sin pudor alguno, violentaron los derechos humanos, como el de elegir, usando como escudo protector al TSJ. 

La delgadez acabó con la ya famélica eficiencia en las instituciones gubernamentales para sostener una mínima calidad en la prestación de los servicios públicos. En buena parte de Venezuela (el estado Falcón es emblemático en eso), el agua potable casi queda en el recuerdo. El servicio regular de energía eléctrica sigue enflaqueciendo (ya tiene rato pasando hambre), el de telefonía y de internet está bien desnutrido. Ni hablar del de aseo urbano al que la basura lo consumió. Lo mismo pasa con la vialidad, donde los huecos se han multiplicado como llagas por toda la geografía nacional. También el de salud, donde la delgadez presupuestaria en hospitales y ambulatorios ha dado lugar a muertes de miles de venezolanos. Pasa igual con la seguridad, que ya casi ni se ve en la palabra por la delgadez. Mientras ello ocurre, la calidad de vida de viejos y nuevos burgueses sigue engordando y la aseguran mediante la contratación de servicios privados para atender obligaciones públicas (como la seguridad) que le niegan, reitero, al pueblo. 

La delgadez, por si fuera poco, afectó la amplitud de la unidad opositora, especialmente de la MUD, que se redujo a 4 partidos en momentos que demandaban (y siguen demandando) una unidad superior. Cálculos electorales de por medio, el interés partidista y parcial frente al interés nacional, privó para que, una bien engordada mayoría popular descontenta frente al régimen, careciera de una conducción congruente con sus demandas y su disposición, desperdiciando momentos estelares que podrían haber significado una salida del régimen. 

Por fortuna, Maduro y el régimen no salieron ilesos de esta realidad, pues hoy lo que tienen es un famélico respaldo, creciendo casi en la misma proporción que la delgadez del cuerpo de la mayoría de los venezolanos. Solo falta que una nueva unidad gane peso, para que pueda conducir el descontento popular que, tan pronto amanezca el 2017, se hará sentir en cada rincón de Venezuela, tal como este moribundo año lo ha hecho en diversos espacios y momentos. 

Así que, al término de 2016 el balance es la delgadez. Eso es lo que vemos frente al espejo, en nuestra familia, en nuestros amigos, en nuestro pueblo. Nos toca aprovechar a ese pueblo en el que ha engordado el descontento, en el que crece la disposición de lucha, para organizarlo, levantando una nueva unidad, una unidad superior, basada en un Programa de Reconstrucción Nacional que impulse, con presión y lucha popular, el cambio político necesario para salvar a Venezuela y a los venezolanos del caos. Hagamos peso en la delgadez del respaldo popular al régimen y salgamos de él de una buena vez.

Eddy Timaure
@EddyTimaure

Secretario General de 
Bandera Roja - Falcón

viernes, 12 de agosto de 2016

Exigimos un cambio urgente en paz y con democracia

Las organizaciones sociales e instituciones firmantes de este manifiesto, interpretando el sentimiento de nuestros agremiados, fijamos nuestra posición ante la grave crisis nacional.
Las políticas de este gobierno han resultado un desastre que los venezolanos se niegan a seguir soportando. Las pesadumbres han tocado la esencia de nuestro ser como compatriotas solidarios y como seres humanos civilizados que necesitamos cubrir necesidades esenciales y vivir mejor.


Venezuela no aguanta más estas condiciones de vida. Nos negamos a seguir en una eterna cola, de un abasto a otro, de una farmacia a otra, sin encontrar lo que nos hace falta. No queremos, ni para nosotros ni para nuestros hijos y familiares, un país donde se destruya el trabajo como fuente de progreso y se siga multiplicando el hambre y la delincuencia.

La profundidad de la crisis y la magnitud de los daños ocasionados en todos los ámbitos del país exigen cambios urgentes para detener la ruina y apuntalar un camino de reconstrucciónhacia el bienestar y la prosperidad de los venezolanos. Es elmomento de que las bases de nuestra sociedad —los ciudadanosenquienes constitucionalmente reside el poder originario y constituyente de nuestra república opinen y se pronuncien sobre lacontinuidad o el fin del gobierno del presidente Nicolás Maduro.

Asumimos que las reivindicaciones inmediatas que exigen lostrabajadores, emprendedores, profesionales y técnicos, productores del campo y de la industria, maestros, profesores y estudiantes,empleados públicos y cualquier habitante de barriadas y urbanizaciones, no tendrán una respuesta satisfactoria ni se resolverála exigencia de mejoría de nuestras condiciones de vida y de trabajo, mientras el actual Gobierno continúe. Hemos llegado a estaineludible conclusión luego de hacer miles de intentos para que se oyeran nuestras voces y peticiones y se cumpliera con el “Estado de derecho y de justicia” que establecen la Constitución y las leyes.

Como el gobierno se niega a cambiar, vamos a cambiar el gobierno. Exigimos el cambio político aunque persistiremos, incluso con más ganas y más tesón, más unidad y más solidaridad, en el impulso de nuestras luchas inmediatas por reivindicacionespara paliar el difícil momento que vivimos: por aumento general de sueldos y salarios y el cese de la espiral inflacionaria y especulativa; por salvar la universidad; para que se acepte la ayuda humanitaria en alimentos y medicinas; por mejoras sustanciales en los servicios, salud y educación; por requerimientos urgentes para reactivar la producción nacional, en fin, continuaremos con nuestro esfuerzodiario por ir construyendo una Venezuela digna de vivir por las venideras generaciones.

Sabemos que sólo un cambio gubernamental no es suficiente, pero es un paso imprescindible para repensar y replantear un nuevo acuerdo social y político, y así conjugar las mejores voluntades dehombres y mujeres decentes y de buena voluntad que viven en esta tierra de gracia. A Venezuela le sobran reservas morales y éticaspara salir de este atolladerogente laboriosa, inteligente y capaz, además de ingentes recursos materiales, para responder con rapidez y prontitud a las grandes dificultades económicas y sociales que hoy nos agobian.

Si echamos a un lado las discriminaciones y las diferencias, si en la conducción de nuestra patria impera un sentimiento y un espíritu de país y de pueblo, si colocamos al frente la unidad por encima de la división, si jerarquizamos los intereses colectivos ante las ambiciones personales, estamos seguros de que no transcurrirá mucho tiempo para ver resplandecer a un pueblo capaz de edificar una mejor democracia, una economía fuerte y soberana,unas relaciones sociales basadas en la solidaridad, el apoyo y la fraternidad, y un Estado verdaderamente al servicio de la ciudadanía.

Hacemos un llamado a todos nuestros compatriotas a unir esfuerzos por una salida inmediata y urgente que haga eficaz el protagonismo del pueblo mediante la realización del ReferendoRevocatorio en este año 2016. La fuerza del pueblo puede hacer cambiar la decisión del CNE de enviar esta consulta electoral a 2017 y quitarle su eficacia política. Que nadie se desmoralice ni seamedrente por las amenazas, chantajes y represión de este régimenineficaz e indolenteLos venezolanos somos un pueblo que no se deja pisotear ni se subordina ante imposiciones autoritarias.
Que los jóvenes y los profesionales refuercen su arraigo en nuestro país y se sumen a esta noble y titánica tarea de reconstruir lapatria. Que las mujeres sigan en su insustituible actitud de valentía ante la injusticia y en defensa de la familia y de los valores. Que lospartidos políticos expongan sus mejores análisis y propongan nuevas iniciativas para luchar juntos. Que los ciudadanos se organicen más y mejor para plasmar en la realidad el protagonismo social y la autonomía popular. Que los sindicatos, colegios profesionales y gremios multipliquen sus iniciativas en defensa de sus afiliados y de los trabajadores en general. No es hora de lamentos. Saquemos lasmejores fuerzas de nosotros mismos para abrir los caminos del progreso, la democracia y la libertad. Sumemos nuestras voluntades y ejerzamos el derecho constitucional a cambiar de gobierno mediante el Referendo Revocatorio.

Revoquemos el hambre y la escasez
Por una vida digna y de progreso para todos
Todos a la marcha del 1º de septiembre
Revocatorio Ya

Asociación de Profesores de la UCV (APUCV)
Federación de Colegios de Bioanalistas de Venezuela
Colegio de Odontólogos de Venezuela
Colegio de Nutricionistas y Dietistas de Venezuela
Colegio de Enfermeros de Caracas
Bloque Profesional, Gremial y Sindical
Sindicato Único Nacional de Empleados Públicos de Sanidad (SUNEP-SAS)
Federación de Centros Universitarios de la UCV (FCU UCV)
Unidad de Acción Sindical y Gremial (UASG)
Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV)
Unión Nacional de Trabajadores (UNETE)
Confederación General de Trabajadores (CGT)
Confederación de Sindicatos Autónomos (CODESA)
Frente Autónomo en Defensa del Salario y el Sindicato (FADESS)
Movimiento de Sindicatos de Base (MOSBASE)
Instituto de Altos Estudios Sindicales (INAESIN)
Movimiento Estudiantil de la Universidad Metropolitana
Dirigentes de las Federaciones del Magisterio Venezolano

martes, 2 de agosto de 2016

Hambruna en La Guajira, por Thaischi Molina

Thaischi Molina,
dirigente de Bandera Roja Zulia
Buena parte de los venezolanos está experimentando el trago amargo de estar padeciendo carencias nutricionales,  pues cada vez come menos y en su mayoría dos veces al día, con la probabilidad de estar sujeto a la mala calidad del producto o simplemente no encontrarlos, dejando de consumir alimentos fundamentales como los granos, huevos, carne, pollo y hortalizas. Hoy día se ha convertido en una odisea obtener ciertos productos esenciales para el buen desarrollo y rendimiento de nuestras capacidades físicas e intelectuales.

La Encuesta Condiciones de Vida del Venezolano 2014, realizada por investigadores de las universidades Central de Venezuela, Simón Bolívar y Católica Andrés Bello, alertó acerca del desequilibrio del menú que se sirve en los hogares. “La alimentación se ha deteriorado en todos los estratos sociales”, sin distingo de color, raza o sexo. Pero si esto está aconteciendo en todas las casas de cada barriada, sector o población, como será para aquellos que no tienen acceso a supermercados, hospitales e incluso a cuentas bancarias. Me refiero a nuestros indígenas venezolanos, que son los verdaderos dueños de las tierras y que por años han sido maltratados, se les ha vulnerado sus derechos como parte fundamental en nuestra sociedad y como seres humanos que son.  

Existen estudios realizados por especialistas, e incluso por el Banco Mundial, que han demostrado que en nuestro continente la pobreza y la exclusión social están asociadas a variables étnicas. En otras palabras, los más pobres y marginados de la sociedad son los indígenas.

Según los últimos datos del INE (2012-2014), el consumo de comida se desplomó en los últimos dos años y la población entró en insuficiencia calórica. Nuestros niños, ancianos e indígenas son  las primeras víctimas ante la llamada hambruna desoladora, que en su conjunto de miseria trae la desnutrición y enfermedades asociadas a parásitos, diarrea, problemas cardiovasculares, fiebres y cuando ya es demasiado tarde para tratarlos, la muerte.

En la Guajira venezolana abunda la desnutrición, el síndrome pluricarencial (trastorno dietético grave observado en niños entre los 10 meses y los tres años, que se debe a una malnutrición severa que incluye una carencia de nutrientes vitales básicos y un déficit importante de proteínas), marasmo (delgadez extrema que resulta de una desnutrición severa), escorbuto (enfermedad carencial que resulta del consumo insuficiente de vitamina C), raquitismo (producida por la carencia de vitamina D en la nutrición y deformaciones óseas , deshidratación severa) entre otras

En la Guajira mueren 360 niños por hambre  y nadie dice ni hace nada al respecto. Las zonas aledañas a la frontera generalmente están  sin carreteras, sin acueductos o sistema eléctrico, por consiguiente, son lugares donde abundan los niños y niñas desnutridos, sin atención de las autoridades regionales o nacionales. 

Los municipios Mara y Guajira del estado Zulia son las entidades que presentan mayor índice de desnutrición infantil en el país, según estudios realizados por la Universidad del Zulia, mostrando de igual manera  que los mayores afectados son las etnias añú y wayuu que viven en la faja lacustre. En nuestro estado, la desnutrición infantil alcanzó el 34%, tomando en cuenta a niños de 0 a 13 años. En el municipio Maracaibo la cifra de desnutrición alcanza el 19,9%, pero en los municipios foráneos especialmente en las zonas desfavorecidas como Mara, Guajira y Almirante Padilla, rompen el promedio del 30% de la población infantil. (Esta investigación se detalló en una encuesta realizada a 43.772 niños).

Antes de que se iniciara el proceso inflacionario que estamos sufriendo los venezolanos, solo el 16% de la población de la Guajira vivía en casas no precarias, es decir, 84% de las población de la Guajira vive en medio de un cuadro económico frágil. Tres de las cinco parroquias más pobres en el Estado Zulia están en Mara (Las Parcelas, Monseñor Marcos Godoy y La Sierrita), en Páez las más pobres son las parroquias La Guajira, Alta Guajira y Sinamaica. Estudios realizados por LUZ demuestran que al menos 229.908 personas de la etnia wayuu viven en condiciones de pobreza, siendo ésta la que tiene mayor peso poblacional a nivel nacional (según INE- censo 2011- la Guajira tiene la mayor población indígena - 88,25% - a nivel nacional). 

¿Por qué a estas alturas, luego de 17 años de supuesta "revolución", el Ministerio de Salud no da cifras exactas sobre la nutrición y la pobreza en el Zulia, ni divulga nada de estos acontecimientos terribles y no da un porcentaje de los casos que llegan a cualquier institución hospitalaria del nivel de desnutrición y muertes de nuestros hermanos wayuu

Hay que darle una solución a esta problemática que tanto ha hecho sufrir a nuestros indígenas por años, que pudiéramos llamar crimen de lesa humanidad y que por lo general no tiene fecha ni hora en el calendario.

La falta de atención por parte de los organismos competentes y del gobierno nacional, ponen en jaque la vida de una comunidad que muy pronto se verá reducida a pequeños grupos. Pero lo más preocupante es que quienes terminan pagando las consecuencia de este desastre son los más pequeños, por ser los más vulnerables. 

Estamos ante un gobierno fracasado que no ha sabido gerenciar nuestros recursos y que no está dando solución al problema de la escasez, al problema del hambre en todo el territorio nacional, al trato inhumano hacia nuestros hermanos wayuu. Han profundizado la pobreza de nuestros indígenas a pesar de haber recibido grandes sumas de dinero en estos años que han estado en el poder. La única solución que vemos a esta situación es salir de este mal gobierno para comenzar la reconstrucción nacional. Ya está activado el mecanismo constitucional para ello: el referéndum revocatorio. Estoy segura que el revocatorio será exitoso porque la mayoría de este país, incluyendo a los que en algún momento simpatizaron con el chavismo, quieren un verdadero cambio y salir de la crisis generada por este régimen. Se hace necesario también levantar nuestras voces y ser ejemplo de solidaridad para con nuestros hermanos wayuu antes de que desaparezcan. 

Thaischi Molina
Dirigente de Bandera Roja-Zulia
@ThaischiC7

lunes, 25 de julio de 2016

Testimonio: El pueblo dice que el único diálogo es salir del Nicolás (video).

Nuestras camaradas recogen el testimonio de una mujer caraqueña durante la jornada de protesta contra el hambre y el revocatorio. Habla una mujer del pueblo llano, de esas que hacen lo imposible todos los días para llevar comida a su familia, como muchísimas que en todo el país sufren la crisis generada por el gobierno de Maduro.  Dice que el único diálogo es el revocatorio



¡Solo con presión popular lograremos los cambios en el 2016!

¡Salgamos de Maduro!

¡Revocatorio en la calle!

¡El diálogo es el revocatorio!

miércoles, 6 de julio de 2016

La UJR Monagas desde los barrios de Maturín: Es momento de organizarse y luchar junto al pueblo

Dirigentes de la UJR Monagas en
los barrios de Maturín
La crisis económica, política y social venezolana se agudiza minuto a minuto y las nefastas consecuencias que provoca tienden a profundizarse, hasta el punto de superar cualquier límite preestablecido y vernos en la necesidad de declararnos en emergencia y solicitar ayuda humanitaria de otras naciones, buscando atenuar la grave situación de hambruna e insalubridad que vive el pueblo venezolano. La necesidad pasó a ser la orden del día.


Así lo plantean Mauro Sabolla y Nabil Cañas Secretario General y Secretario General Adjunto de la Unión de Jóvenes Revolucionarios, juventud del Partido Bandera Roja, respectivamente, en compañía de los Miembros del Consejo Comunal y la Comunidad de Las Piñas de la Parroquia Boquerón. 


Denuncian la negligencia, la exclusión y el sectarismo en la distribución de las bolsas de comida por parte de quienes dirigen los llamados CLAP. “Los CLAP son usados como mecanismo de control y de abuso para favorecer en la venta de las bolsas de comida a quienes militan en el PSUV. Mientras el pueblo muere de hambre por culpa de un gobierno inepto, indolente y autoritario, estos señores juegan con las necesidades más sentidas de la gente. La mentiras y la hipocresía de este gobierno han quedado al descubierto, reprimen a la gente que protesta en las calles ante los gravísimos problemas que hoy vive el país" sostuvo el dirigente juvenil Mauro Sabolla”


“Estamos ante el descalabro más grande que ha vivido nuestra nación. La destrucción del aparato productivo a su máxima expresión, la corrupción y el derroche de la fortuna petrolera, la entrega de nuestra soberanía a potencias imperialistas, la insuficiencia de los centros de salud, la escasez y desaparición de productos de la canasta básica, la degradación de nuestras instituciones educativas, la hambruna desatada en todos los hogares venezolanos son consecuencias de la política gubernamental antipopular y antiobrera que nada tiene de revolucionaria y menos socialista. Todo esto ha provocado el descontento generalizado de las masas y sectores populares, en su mayoría aquellos que eran afectos al gobierno de turno. Este descontento se expresa cotidianamente con protestas sociales por comida que ha llevado a saqueos de establecimientos. Lo que hay es hambre en nuestro país y en nuestro estado", agregan los dirigentes.

Denuncian que la distribución de las bolsas de comida la hacen cada 2 meses en los sectores de Las Piñas, Palo Seco y zonas aledañas en vez cada 15 días, poniendo en "jaque" la alimentación de la población, especialmente la de los niños y ancianos. Exigen que quienes dirgen los CLAP dejen la mentira y cumplan con lo anunciado: distribuir la comida quincenalmente y con suficientes artículos;. Asimismo exigen que cese la represión contra el pueblo y la criminalización de la protesta.

Por último plantean que solo con la organización popular a través de las Asambleas Populares, autónomas, sin injerencia del gobierno ni de cúpulas partidistas, podrán constituirse un poder de base, un verdadero poder popular para impulsar los cambios que el pueblo anhela y enrumbarse hacia la reconstrucción nacional.

jueves, 9 de junio de 2016

¿Cómo comer si La Odisea es hoy por alimentos?

El Estado venezolano institucionaliza el establecimiento de criterios discriminatorios para derechos fundamentales como el de la alimentación, al politizar una distribución de alimentos en medio de una de las peores crisis que vive nuestro país. No se trata del criterio racional donde los niños, adultos mayores y discapacitados son primero, sino que militantes y activistas del partido de Gobierno son primero y en muchos casos los únicos que aplican en este derecho.

El Gobierno no hace una diferenciación entre estructuras políticas de un partido y estructuras institucionales del Estado, haciendo una mezcla en donde las estructuras de funcionamiento político del PSUV las convierte en instancias del Estado, eso son los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), que con un descaro e impunidad aventajan la reacción de nuestra sociedad, que a todas estas ya lo ve en términos de lo “normal y cotidiano”, aunque no sea normal que esto suceda, sino normal y cotidiano que este Gobierno sea capaz de cometer estos delitos pública y abiertamente, con el respaldado y aplauso de otros poderes públicos que controla a su antojo.

Esto genera sus consecuencias ¿Cómo hacemos los venezolanos para adquirir los alimentos básicos? Existe una situación ineludible, cada uno de los más de 30 millones de venezolanos debemos comer 3, 2 o al menos 1 vez al día. Alimentarse es una de las necesidades primarias de las especies vivas y en el caso de los seres humanos adultos lo solemos hacer 3 veces al día, más veces los niños y personas en situación especial. El Gobierno y quienes lo apoyan, ahora no logran comprender y asumir que todos, sin excepción, debemos alimentarnos y que los recursos del país que ellos administran, no les pertenecen, por ejemplo, PDVSA, el BCV, MISIONES, MERCAL, PDVAL, entre otros, no son propiedades del PSUV, eso no parece estar muy claro.

A los partidarios del Gobierno que la gente les reclama su derecho a la alimentación, muchas veces expresan que no tienen compromisos con nadie para dar la oportunidad de una bolsa de comida, y menos si no participan activamente en el partido oficialista, o no aportan nada a la organización “así que lo lamento, camarada”, frase que les permite sacudirse el embrollo. En el peor de los casos, les llaman flojos a los venezolanos por no sembrar en sus casas yuca, papa, ñame, ocumo, cilantro, criar pollos o gallinas ponedoras, incluso a los de las ciudades o a los que se dedican a otras arduas labores que no están relacionadas con el campo.

Esta actitud responsabiliza a los ciudadanos de la situación de crisis “esto es culpa de la misma gente, la gente es muy floja y le gusta la papita…” es la explicación sociológica que dan los partidarios, tirando por la borda años de adelantos científicos y tecnológicos de la humanidad, en una sociedad donde cada quien decide dedicarse a un rol y donde el campo ha sido vejado como en ningún otro período de Gobierno. La teoría de la “guerra económica” ya no permea la conciencia de la sociedad venezolana, ni siquiera la de los adeptos de base del Gobierno; ya no creen en esa excusa aunque la repitan como parte del discurso, solo consideran que ese debe ser el discurso, para impedir que los enemigos políticos los desplacen del poder, pero en lo concreto, cuando ellos (los CLAP y los que los acompañan) arman las bolsas de comida para la distribución con muy escasos productos del Gobierno y cuando les llega, por ejemplo, solo para armar menos de 200 bolsas por semana para una comuna censada de más de 2mil familias (como promedio), se dan cuenta que la guerra económica proviene de las propias instancias del Estado y solo les queda recibir la presión de todos lados y almacenar en sus hogares todo lo que se pueda, “por si acaso”.

Pues bien, todos los venezolanos debemos comer y lo hacemos con una cultura; con unas costumbres alimenticias que pretenden ser cambiadas y desconocidas por este régimen, siendo capaz de distorsionar la historia de nuestra propia cultura y de no reconocer los avances de los cuales se ha apropiado nuestro pueblo, para fusilarlos de la reminiscencia o hacer que despreciemos las costumbres de las recientes generaciones, como por ejemplo, una harina de maíz procesada, óigase bien, de maíz y procesada; así como también la leche, la carne, el pollo, los huevos, el aceite, la margarina, el arroz, la pasta, las caraotas negras, el café, azúcar, los productos de higiene, entre otros, dándonos talleres de cómo hacer artesanalmente, por ejemplo, toallas sanitarias de tela (en VTV), para “intentar” que repudiemos los avances con los que ya contábamos.

Nuestra cultura hace que demos privilegios a ciertos alimentos en nuestros hogares, lo que los convierte en básicos, pero ¿Cómo los obtenemos? Hay una gama de opciones que seguramente a muchos no nos gusta. En muchos casos, las personas deciden camuflarse o practicar el mimetismo político como una habilidad para obtener alguna ventaja o hacerse de un dinerito o dinerote extra. La desventaja es convertirnos en unos mentirosos y deshonestos con nosotros mismos y nuestro entorno, al hacer un acto no ético y repugnable, como parte de la descomposición social de nuestro país.
   
Por otro lado, está la posibilidad de hacer una cola, alégrese si ve una y más si está interminablemente larga, significa que posiblemente pueda encontrar algún producto básico en ese establecimiento y que aún los CLAP no se lo han llevado, por ahora. Aunque hacer la cola por muchas horas, no garantiza que Ud. logre comprar.

Tiene también la opción de solicitar por Facebook que lo agreguen a uno de estos grupos de trueques locales en los que puede cambiar leche por pañales, caraotas por azúcar, afeitadoras por desodorantes, salbutan por beducen, café por arroz, jabón de baño por shapoo, leche de formula por pasta dental, pasta larga por margarina, etc., eso sí, tenga mucha precaución, haga el trueque en un lugar público y transitado, pídale a otra persona que lo acompañe, no ofrezca públicamente su número de teléfono, entre otras medidas de seguridad.

También están los bachaqueros, siempre hay algún conocido que tenga contacto con alguno, por si no los ve en la calle. La desventaja es que usted contribuiría a la reproducción de esta siniestra especie, salida en su mayoría de las entrañas de colectivos y grupos delictivos organizados que apartan los primeros puestos de toda cola, con ruines y malandras estrategias de grupo para hacerlo, además de la desventaja que representa dejar todo su salario en apenas 3 o 4 productos que estos revenden con elevadísimos precios de algo que marca un bajo precio de venta al público. 

Finalmente, debemos tener claro que se entiende por derecho fundamental aquél que por el simple hecho de ser venezolano o ser humano, lo debe tener garantizado en un ordenamiento jurídico y en la realidad concreta sin ningún tipo de discriminación. Este Gobierno no ha sido capaz de garantizar derechos fundamentales. La alimentación no es un beneficio, es un derecho fundamental, pero si Ud. corre con la suerte de que le llegue su bolsa con más de una harina de maíz precocida, arroz y aceite siéntase satisfecho y feliz y si tiene una leche y una azúcar, siéntase en la cumbre de la máxima felicidad, deje de pensar por ese instante en la discriminación y violación de sus derechos, deje de pensar por ese momento en la crisis, la inflación, la escasez, en las deudas, en que el sueldo no le alcanza para nada, en que no tiene vivienda propia, deje de pensar en que no tiene agua, luz, aseo, Internet, en que a Ud. o a un familiar suyo lo pueden robar, secuestrar, asesinar etc., hasta que en vez de una bolsa, el hambre o la necesidad le vuelva a tocar su puerta y así piense seriamente en organizarse para salir de este incapaz y nefasto Gobierno. A sus órdenes para organizarse, estamos en Bandera Roja.

Prof. Scarleth Mujica
Vargas

jueves, 2 de junio de 2016

. @Bandera_Roja (Caracas) le responde a Jorge Rodríguez

El Comité Político Regional Tito González Heredia del partido Bandera Roja, rechaza contundentemente las declaraciones de Jorge Rodríguez el día de hoy 02/06/2016.  Muestran la clara actitud de complicidad de Rodríguez con un grupo de delincuentes disfrazados de Clap que se apoderaron de la venta de comida para la gente, para luego decir que no había; para llevársela con destino desconocido. 

Esto sucedió en varios puntos de la ciudad de Caracas y tuvo la natural y espontánea reacción de la gente que desde la madrugada hacía cola para poder obtener algo de comida para sus familias. La respuesta del pueblo en las Fuerzas Armadas, en San Martín y en Petare hoy, así como en todo el país, es expresión de un pueblo que está harto de los desmanes de este Gobierno y sus secuaces, que no contentos con quitarle la comida, lo reprimen a su convencional y ya repetido estilo fascista.

Las imágenes y vídeos difundidos, así como el testimonio de más de 10 periodistas asaltados, atacados y amenazados con armas por parte de colectivos, señalan claramente a quiénes atacaron al pueblo y provocaron la violencia fascista de sus huestes, contra un pueblo desarmado y hambriento.

Mientras Caracas se hunde en la basura, se duerme con hambre y sus habitantes son víctimas del matraqueo de la Policía de Caracas y de la delincuencia, Jorge Rodríguez se dedica a mentir y a proteger a sus delicuentes. El pueblo caraqueño ya despertó y no le cree nada. Le decimos a Jorge Rodriguez que la militancia de Bandera Roja y de la Unión de Jóvenes Revolucionarios de Caracas y de todo el país, estará siempre acompañando al pueblo venezolano y contribuyendo con su organización para que el cambio político sea en su favor; sea con su participación, y tal como atestiguan las consignas que gritaba la gente en las calles el día de hoy, sea por vía del Referéndo Revocatorio.

Pero también señalamos que estimularemos la protesta popular contra un Gobierno que sigue en su empeño de quitarle la comida a los más pobres. Seguiremos acompañando a la gente para desenmascarar los CLAP como instrumento de manipulación política con el hambre que este régimen ha generado. Seguiremos, como el partido revolucionario que siempre hemos sido, desenmascarando a esta farsa que Rodríguez representa en Caracas y en general la estafa que ha sido el Chavismo para Venezuela. Este pueblo saldrá de Maduro, y ahí estará Bandera Roja, codo a codo, acompañándolo en su acción libertaria.

ALCIDES BRACHO, SECRETARIO GENERAL

RAMÓN ALVAREZ, SECRETARIO GENERAL ADJUNTO

Por el CPR
RENÉ CEDILLO
ABZARA GOMEZ
KARINA MOLINA

jueves, 26 de mayo de 2016

La pasividad no calmará tu hambre, por Eddy Timaure

En los últimos años, especialmente al inicio de cada uno de ellos, dentro de la lista de buenos propósitos y metas estaba el de hacer ejercicios, rebajar de peso y recuperar la forma física. Debo decir que este año si he avanzado en eso; sin hacer ejercicios, he rebajado de peso significativamente. Después de todo, alguna cosa “buena” debería dejarme la estafa de revolución que saquea a Venezuela.

Y es que, levantarse sin saber qué comer, no por la variedad para escoger sino por la escasez y la carestía, encontrar para comprar, caminar hasta el mercado municipal, no importa lo lejos que quede, pues el carro está sin cauchos y la posibilidad de comprarlos en lo inmediato es remota, pisar con cuidado para que los zapatos no sufran mucho, pues comprar otros es un suplicio, llegar y sacar cuentas para saber que no todo lo que pensaba comprar es posible hacerlo, de vuelta a casa, sudado y en medio del apagón bolivariano, preparar unas “suculentas” arepas, de masa de maíz pelado (pues harina de maíz no se encuentra), con un trozo de queso, que fue para lo que finalmente alcanzó; la primera con olor a queso, la segunda con mordisquitos, casi pellizcos, de queso y la última con una buena mordida de queso, para sentir al final el sabor de éste, en medio del remordimiento que causa saber lo mal que están comiendo mis hijos y lo peor que la están pasando millones de venezolanos, no puede más que producir delgadez.

Sacaba cuentas con la idea de comer al menos tres veces al día (platos con contornos exiguos), sin mayores ambiciones de que alguna delicatese, ni tampoco alguna meriendita, se atravesara en la austera dieta y, para eso, sólo para eso, hace un par de semanas atrás (ya hoy es 25 de mayo del 2016), necesitaba disponer de al menos Bs. 78 mil al mes, a lo que habría que sumar, aceite, adobos y otras cosas necesarias para cocinar y sazonar.

Lo que cuento no es cuento, nadie me lo ha contado reitero, pues soy el protagonista de esta historia de hambre que azota a la inmensa mayoría de los venezolanos; niños, adolescentes, adultos y ancianos, con empleo o sin empleo, profesionales o no, religiosos o no, civiles, policías y militares (esos que usa el régimen para reprimir al pueblo que lucha), chavistas, opositores e indiferentes, todos.

No hay que ser muy inteligente para saber que si una familia tiene 5 miembros, necesita, hoy día, unos Bs. 390 mil al mes para comer, sin desvíos ni complacencia de antojo alguno, menos para útiles escolares, ropa, calzado, medicinas, consultas médicas, exámenes de laboratorio, recreación, diversión, rumba. Medianamente puede cumplir con otras obligaciones, “fallando” de la comida para atender el pago de servicios carísimos y cada vez mas deficientes como agua (semanas y meses enteros pasan ciudades y pueblos sin este servicio que deben pagar a precios elevados en camiones cisternas); energía eléctrica, racionada e inestable; telefonía, deficiente y costosa; internet, entre los más lentos del mundo, a pesar de tener en órbita par de satélites, entre otros.

Tampoco hay que devanarse los sesos para entender que con un salario mínimo, mas bono de alimentación, que ronda los Bs. 30 mil al mes, ni con un salario de profesor universitario a dedicación exclusiva (unos Bs. 50 mil al mes), ni con la bolsa de comida que, vía consejos comunales, vende Mercal, lo que se extiende en Venezuela, dado el vertiginoso ascenso de los precios de los alimentos, medicinas, así como de los bienes y servicios, es el hambre.

No obstante la propaganda fascista de la guerra económica, el pueblo cada vez está más claro acerca de quién es el responsable de esta dramática situación; un régimen de mafias que, en nombre de la revolución, ha quebrado la industria nacional para favorecer al capital financiero internacional, a la vieja y a la nueva boliburguesía y han saqueado, sin pudor alguno y de forma sistemática, el erario público y las riquezas nacionales.

Mientras el hambre avanza y el desespero aumenta, mostrando a diario saqueos en diversos puntos de la geografía nacional, protestas diversas por falta de agua, electricidad, medicinas, mientras el pueblo clama un cambio político urgente, la prioridad de la MUD, de las organizaciones que hegemonizan la misma, parecieran ser las candidaturas a gobernadores y diputados regionales, pues aunque se haya promovido el referéndum revocatorio, luce inconcebible que no se entienda que sin organización y movilización popular cualquier salida democrática no pasará de ser una ilusión.

Jugar a esperar que el estallido social llegue es una aventura que pudiera solo servir para afianzar al régimen en el poder, por ello hoy no admite dilación la organización del pueblo, la unificación de las luchas y el levantamiento de un programa de reconstrucción nacional que movilice al pueblo hasta salir de esta pesadilla. La pasividad no calmará el hambre del pueblo y hoy lo único que se puede perder son las cadenas que nos oprimen.

Mientras tanto, me pondré, también, a recuperar mi forma física.


Eddy Timaure
@EddyTmaure
Secretario General de Bandera Roja
Estado Falcón