Desde oriente
una luz abrió pasos
a quien con los ojos cerrados
respiro aires de comunismo
Desde los doce años
fue dando tumbos
con su bandera en las manos
afianzando luchas
construyendo cambios.
Tanto conocimiento clandestino
merecían una boca,
una puerta,
un giro.
Sus manos.
Dejó de ser
para hacer,
y vive persiguiendo
con luchas
un país
Desde el cuarenta y tres andas
siniestro
ideando revoluciones
que no te cansa de parir.