jueves, 15 de diciembre de 2016

Venezuela y el cambio monetario Modo Circo

Maduro es pura máscara y circo, pero sin pan

La dictadura madurista ha creado todo un revuelo con la recolección del billete de 100 bolívares, buscando con ello un impacto político que también le sirva para ocultar sus graves responsabilidades en el desastre actual del país. Es una medida muy bien pensada y persigue varios propósitos en aspectos económicos y políticos. El más importante es la implantación del nuevo cono monetario. Se aplica un shock contra la gente para que asuma lo más rápidamente posible las nuevas denominaciones en los billetes de un signo monetario que apenas sirve para las transacciones cotidianas en una economía cada vez más dolarizada. El billete de mayor denominación pasará a ser 200 veces el anterior “marrón”, un cambio brusco que requeriría al menos seis meses para su adaptación.

Impulsados por la idea de que no podía esperarse más tiempo, en virtud de que la gente debía cargar cada vez más papel moneda para comprar cosas elementales, promueven esta obra teatral para atender varias cuestiones, y la principal es implantar un nuevo cono monetario bajo el engaño, la trampa y la mentira, convertidas en política de Estado. Disminuida la masa monetaria —el circulante para realizar las transacciones—, el Gobierno busca frenar un poco la escalada de precios y crear una efímera ilusión, mientras centra los ataques contra los enemigos imaginarios, aparte del "imperio" y su "guerra económica", contra sus nuevos "agentes de la mafia de falsificadores".

Además, el Gobierno busca frenar el incremento del precio de la divisa estadounidense. La recogida del billete es un corralito chavista que frena la oferta de bolívares frente a la presión de demanda del dólar. Mientras salen las nuevas denominaciones a cubrir la masa monetaria necesaria para realizar las transacciones, era lógico esperar una caída del precio del dólar, pues la caída en la oferta de bolívares frente a la presión de demanda del dólar fuerza a una eventual baja. Superada la circunstancia y cubierta la oferta de bolívares, al mantenerse la sequía de dólares en el mercado, el precio de la divisa nuevamente se incrementará por la demanda de un bien escaso.

El Gobierno quiere, también, aprovechar el estruendo del impacto para tapar u opacar la catástrofe nacional. La escasez y la inflación hacen estragos en la familia venezolana. Tragedia creada por un Gobierno corrupto, que impuso una política en favor de la oligarquía y destructora del aparato productivo que no podía derivar en otra cosa. Frente a ello, con esta maniobra, el Gobierno persigue crear otros culpables, aunque imaginarios, quienes forman parte del ejército enemigo que lleva a cabo la “guerra económica”.

De otra parte, son muchas las distorsiones creadas por la política gubernamental para favorecer a la banca, a los importadores y a las economías de los países imperialistas. Lo que explica los problemas de los precios en relación con el valor de los productos como resultado de la especulación y la inflación, principalmente. Esto también explicaría la concentración de una masa importante de billetes “marrones” en la frontera dirigida, junto al mercado paralelo de dólares, al contrabando de gasolina hacia Colombia —en connivencia directa con las mafias burocráticas, policiales y militares venezolanas— y a la compra de diversos insumos para la producción y bienes finales para el consumo del lado venezolano.

Las baladronadas del Gobierno, con el fanfarrón mayor al frente, y esta nueva fábula del contrabando para la falsificación de dólares con el billete de 100, forman parte de la tragicomedia gubernamental. Se trata de una idea quimérica que más temprano que tarde será desenmascarada como parte del sainete. Eso de que las mafias se hacen de los billetes para la falsificación de dólares es una leyenda creada para incautos, una burla a la inteligencia. Se sirven de esta fábula para alimentar al nuevo protagonista, al nuevo agente que actúa en la ficticia guerra económica: la mafia falsificadora de centenares de miles de millones de dólares que en nada afectan el mercado internacional. ¡Vaya fantasía!

Pero burlarse del pueblo venezolano les va a costar caro. La rabia acumulada se expresará en forma contundente. La elevación de la conciencia conducirá a que esa rabia encuentre el cauce en la lucha abierta por un cambio de verdad, de desarrollo, democracia y bienestar.

Frente a la farsa #RebeliónDemocrática
El cambio será con #PresiónPopular


Caracas, 15 de diciembre de 2016
Por la Dirección Nacional de Bandera Roja
Gabriel Puerta / Secretario General
Carlos Hermoso / Secretario General Adjunto

miércoles, 14 de diciembre de 2016

Operación shock, por Manuel Paredes


La eliminación del billete de 100 Bs decretada por Nicolás Maduro luce para muchos como una medida irracional. Sin embargo, vista con detenimiento, es una medida multipropósito. En primer lugar, encaminada a imponer duramente, como un shock, un nuevo cono monetario, contrario a lo ocurrido  cuando se creó en su momento el llamado Bolivar fuerte con la familia de billetes de 2, 5, 10, 20, 50 y 100, que se hizo de forma paulatina. Se Evidencia con esta última decisión la forma despótica y autoritaria de imponer su política monetaria.

Otro propósito es la distracción de los venezolanos de la profunda crisis que sacude al país en relación a la escasez de productos de la dieta diaria, de medicinas y de diferentes artículos, escasez producida por la destrucción del aparato productivo y el estímulo a la importación, lo cual afecta la producción nacional. Durante estas 72 horas que estableció el gobierno para la desaparición como moneda de los billetes de 100, los venezolanos se ocuparán de hacer largas colas en los bancos, cambiar los billetes que posean o comprar desesperadamente cualquier cosa usando los billetes que desaparecerán.

También se propone el gobierno la reducción del dólar paralelo, lo cual se ha dado en estos momentos pero puediera ser transitorio, dada la limitación de divisas en el país, la creación de dinero inorgánico puesto en circulación por el Banco Central, dinero que no tiene respaldo de produccion, y de la disminucuión de las reservas internacionales.

Una medida como ésta permite que capitales no legitimados puedan aprovechar esta circunstancia para el lavado de dinero, al poder cambiar estos billetes, dada la gran cantidad de papel moneda que circula, donde las mafias tienen un control en el contrabando de mercancías y del narcotráfico.

Ante este panorama de cambio de cono monetario se demuestra que el papel,  como medida de valor de las mercancías, que tiene la moneda va desapareciendo en el signo monetario monetario, asi como su función de patrón de precios, de esta manera ante un aumento general de precios, el valor del bolivar tiende a depreciarse y a desvalorizarse en su función de atesoramiento.

Por tanto, en esta circunstancia esta medida del gobierno busca disminuir los efectos de un profunda devaluación y dar muestra de fuerza ante la debilidad del respaldo popular con que cuenta el gobierno.


Manuel Paredes
Econimista
Secretario General de
Bandera Roja - Zulia