martes, 3 de marzo de 2015

Lo primero es lo primero, por Eddy Timaure


     
Desde hace días hurgo en mi mente algunas ideas para abordar un tema que, en el contexto de la situación política nacional,  contribuya al debate que se desarrolla en el país vinculado con su suerte y/o destino. Pareciera que, así como luce el país; vuelto un caos, un desastre, se encuentra la iniciativa política que desarrollan los diversos actores en disputa en Venezuela, cargada de antagonismos, lógicos y propios de la diversidad de ideologías y de posiciones frente al poder, de divergencias y confrontaciones a lo interno  de los factores de poder, de vacilaciones y colaboracionismo, de voluntarismo y vanguardismo, de exclusión y oportunismo, de amplitud y unidad, en el seno de la oposición, que son necesarias de atender.

Mientras las contradicciones y confrontaciones entre los factores de poder, salvo por la insistencia de algunos de ellos,  suelen ser aplazadas para asegurar la perpetuidad del régimen y con ello el saqueo a la nación, aun en medio de la más dramática crisis económica que ha tenido Venezuela en los últimos 55 años, así como de la mas arbitraria y sistemática violación de los derechos democráticos, propio del fascismo, la oposición no termina de allanar el camino de la unidad que se requiere para la toma del poder y la reconstrucción nacional.

Diversas tácticas responden a diversas consideraciones acerca de la naturaleza del régimen que se enfrenta, también responde a los intereses de clase que representa cada expresión de la oposición. Pero, ¿acaso podrá tenerse éxito en la lucha contra el régimen si no se define primero lo primero? Y lo primero, en esta coyuntura, en la que hay pleno convencimiento de la necesidad de sustituir este régimen por uno democrático,  es constituir una dirección política única, capaz de aglutinar a todos los sectores confrontados al régimen, asumiendo la diversidad de formas de lucha y organización que hoy son expresión del descontento nacional. Lo primero es constituir una Junta de Reconstrucción Nacional.

Esa nueva dirección política nacional, ha de hacer bueno el propósito de construir una unidad superior, para cuyos efectos es preciso caracterizar con objetividad la naturaleza del régimen al que se enfrenta (cosa por cierto que a principios del año 2013 hizo la MUD, definiendo al régimen como militarista y despótico e instando a la conformación de una gran unidad política, pero que no pasó de ser una opción electoral). La caracterización del régimen, a la par de la lucha en la calle acompañando al pueblo en la defensa de sus derechos frente al oprobio y el atropello, permitirá definir con claridad el campo de aliados que se requiere para construir una nueva mayoría nacional, así como también una línea política correcta y única que sea capaz de articular la demanda urgente de cambio político con la lucha electoral, enarbolando un programa de reconstrucción que se oponga al pillaje y a la estafa que ha significado este régimen, haciendo avanzar a Venezuela por la senda de la democracia y el progreso social.

Requiere, eso sí, hombres capaces de ver el horizonte con sentido estratégico, de poner por delante el interés nacional y verdaderamente patrio,  en lugar de la ocupación de cargos y prebendas de forma oportunista. El momento es de Venezuela y reclama unidad. Constituyamos la Junta de Reconstrucción Nacional y sus pares en los estados y municipios. 

Eddy Timaure
Secretario General de Bandera Roja - Falcon
@EddyTimaure

domingo, 1 de marzo de 2015

Al futuro lo hacen cenizas

Por Angeyeimar Gil (@LaFlaks25)

Consejera de Protección de NNA

Qué difícil saber que esta imagen la diseñamos en 2013, el año pasado la volvimos a utilizar y hoy nuevamente la retomo. Qué lamentable su vigencia. Cuando se propuso la idea para esta imagen, surgieron comentarios como por ejemplo: "es muy amarillista", "muy grotesca", y en aquel momento, pensaba que quizás pudieran tener razón, pudiera generar rechazo la imagen. Hoy, creo que se queda corta. Los tiros ahora son en la cabeza, y no son solo del "hampa", los tiros vienen también y cada vez más repetidamente de funcionarios de seguridad del Estado, los que supuestamente deben protegernos.

Llevo dos días pensando si escribír algo o no, sobre la irreparable y dolorosa pérdida de Kluiverth Roa (14) estudiante del Liceo Agustín Codazzi, en San Cristóbal, en manos de un funcionario de la PNB. Hoy me sobrepasa la realidad de este país.

Después de conocer lo de Kluiverth, me enteré de la muerte, en circunstancias similares, de Johander Jose Escasio (17) de la población de Moina, La Guajira, en Zulia en manos de un funcionario de la GNB. Pero no llega hasta allí. Luego conocimos de la muerte de un adolescente (16) quien murió dentro del liceo Juan Lovera de Macarao en Caracas, después de discutir con otro compañero a quien la rabia e intolerancia lo llevó a conseguir a un "amigo" con arma -cosa no muy difícil en Vzla- para que lo ayudara a descargar su sentimiento, quitándole así la vida a su compañero. Hoy, viniendo a casa, me llega la noticia de que en Zulia consiguieron a tres jóvenes, entre ellos un adolescente (16), maniatados y con tiros en la cabeza. Necesitamos muchas manos para contar las muertes violentas de NNA en Vzla.

Entonces, cabe la pregunta ¿De verdad la imagen es grotesca? O es grotesca nuestra realidad, esa que todos (o por lo menos muchos) conocemos y repudiamos, esa que nos descompone.
En realidad, la imagen, se queda corta.

La violencia se apodera de nuestros espacios, esos que nos invitaban a amar a Venezuela. La injusticia y la impunidad nos desesperan, nos disminuyen las esperanzas, nos desalientan.

El Estado venezolano, ese que debe por ley garantizar la vida, integridad personal y protección en conflictos armados, de los niños, niñas y adolescentes, así como garantizarles igualmente el derecho a la opinión, petición, manifestación, libertad de expresión, libertad de asociación, entre otras libertades democráticas, es el primero que los vulnera, descarada e impunemente.

Estos derechos que mencioné no sólo están en la Lopnna, también en la Constitución, en la Convención sobre los derechos de los niños asumida por el Estado venezolano hace más de 20 años y los funcionarios públicos de más alto rango, deciden vulnerarlos, violarlos no solo con sus ordenes y acciones. Además, buscan darle legalidad a dicha violación de derechos. La sola existencia de la Resolución 008610 es la amenaza directa a tales derechos.

¿Se le olvida al Gobierno el Interés Superior del niños? ¿Se les olvida que los niños, niñas y adolescentes son el futuro de esta patria? ¿De qué sirve la misión hijos de la patria, si cada día esos hijos caen al piso con tiros en sus cuerpos?

Sinceramente, qué difícil va a resultar volver a ser un país, volver a ser sociedad, volver a ser humanos. Mientras más tiempo pase empeorando la situación de la violencia social y ahora de la violencia -más cruenta- del Estado, cuánto más difícil será recomponer las convivencia social y ciudadana.

Debemos organizarnos, esta realidad debe motivarnos a luchar por lograr cambios genuinos y radicales. Debemos parar la muerte del pueblo venezolano.

Hay que exigir la derogación de la Resolución 008610; la justicia por la muerte de todos los niños, niñas y adolescentes que murieron violentamente; la reparación y apoyo a los familiares de las víctimas por actuaciones de cuerpos de seguridad del Estado; políticas eficientes para detener la mortandad del pueblo y si los que están no pueden, exijamos su renuncia y a la vez organicemos la Reconstrucción Nacional.

Mi más sincera solidaridad y sentido pésame a madres y padres de todas las víctimas.

#DeroguenLa8610
#LaLopnnaDebeCumplirse

#JusticiaParaLosCaídos 
#ReconstruccionNacional
#LosNNANoDebenSerAsesinados