Hagamos memoria. En el año 2001 la oposición conformó una plataforma unitaria para enfrentar las violaciones a las libertades democráticas por parte del régimen despótico de Hugo Chávez: La Coordinadora Democrática. A diferencia de la MUD, no solo la integraban los partidos políticos; allí confluyeron organizaciones de los trabajadores como la CTV, cuyo presidente era Carlos Ortega, del sector económico y sus gremios, ONG, la sociedad civil, intelectuales, dirigentes políticos y sociales, entre otros. Esa Unidad amplia, incluyente y heterogénea política e ideológicamente, se dotó de una dirección política, expresión de esa diversidad y fue la razón fundamental que permitió dirigir una lucha popular exitosa que dio al traste con el déspota en muy corto tiempo. Hubo errores, sin duda, pero lograron el objetivo de sacar a Hugo Chávez del poder. Los acontecimientos son harto conocidos.
La coyuntura vivida por nuestro país en este momento es más difícil y compleja que la de los años 2001-2002. Nos enfrentamos a una crisis general que afecta a todos los sectores de la sociedad; a la economía, la salud, la educación, la seguridad personal, la ética. Nos enfrentamos a un régimen que asumió la dictadura franca como forma de ejercer el poder, sobre toda una sociedad que se le opone y se resiste a aceptarlo pasivamente. La situación política hoy es insostenible y no tiene solución porque este Gobierno está decidido a cerrar todas las vías pacíficas, democráticas y constitucionales para resolver la grave crisis generada y profundizada por el mismo Gobierno. El bloqueo del RR para este año es una jugada peligrosa que puede devenir en una agudización de esta crisis con un desenlace impredecible.
La gravedad y la urgencia que reclama todo el país para salir cuanto antes de este atolladero, reclama la recomposición y/o reestructuración de una nueva unidad que agrupe a toda la oposición de partidos, de las organizaciones sociales, gremiales, sindicales, movimiento estudiantil, sectores nacionales empresariales, Universidades, ONG, intelectuales, incluyendo a sectores chavistas desprendidos del régimen y que bajo una dirección unitaria, expresión de esa diversidad de factores que la conforman, empuje los cambios que la inmensa mayoría de la sociedad está demandando con extrema urgencia. Dada la nueva situación planteada con la negativa del Gobierno a permitir la realización del RR para este año y visto que la MUD solo representa a una parte de la diversidad opositora al régimen, reconocido hace apenas horas por el propio Ramos Allup, lo que limita seriamente un remate efectivo y definitivo que ponga fin a este desgobierno por las vías constitucionales, es que se justifica política e históricamente esta nueva Unidad Superior.
El sentimiento de cambio de toda una sociedad con intereses diversos, no puede ser secuestrado por un grupo de partidos dentro de la MUD y menos pueden arrogarse una representatividad de todo el universo opositor alegándose unilateralmente como argumento unos resultados electorales en una tarjeta unitaria, donde precisamente se expresó esa diversidad política, ideológica y social del país, incluyendo al pueblo chavista desencantado.
Cerrarse y no permitir la conformación de una nueva unidad superior que asuma las nuevas circunstancias presentes, sería un error de graves proporciones y una actitud contraria a los intereses nacionales. En la unión está la fuerza y esa fuerza se hará real y efectiva con la participación de todo el espectro de la sociedad venezolana, quien está reclamando a gritos la urgente necesidad de esta unidad superior, con una nueva dirección que se ponga al frente de todas las luchas, no solamente del RR para este año, sino también de las luchas sociales, gremiales y reivindicativas en general. Una nueva dirección que acompañe al pueblo en su lucha diaria por el derecho a la alimentación, a la salud, a la educación, a la seguridad personal y a una mejor forma de vida; una nueva dirección o vanguardia política comprometida con el cambio del régimen y no solamente con el cambio de un presidente que permitiría el continuismo.
La esperanza y el sentimiento de cambio de los venezolanos no pueden ser aplazadas ni admiten componendas que alarguen más este sufrimiento colectivo. Sería criminal no entender el momento que vivimos. Venezuela se merece una mejor y más eficiente dirección política, expresión de una unidad superior, de la unidad en la diversidad.
Guarenas, 26 de septiembre de 2016
Pedro García, dirigente político y magisterial de @Bandera_Roja
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