Caracas, 14 Septiembre 2016
Ciudadano
Tarek William Saab
Defensor del Pueblo
Su Despacho
De nuestra consideración
El Frente Nacional de Mujeres,
integrado por dirigentes de partidos
políticos de la alternativa democrática, movimientos gremiales y sindicales,
ONG, así como reconocidas mujeres de trayectoria en el área política y de
defensa de los derechos humanos de las mujeres, nos dirigimos a usted para
elevarle nuestra honda preocupación por las extremas condiciones de violencia
física, sicológica, política y moral a la que es sometida cotidianamente la
mujer venezolana.
Diariamente la mujer venezolana, debe salir muy temprano (cuando no es
que pernocta en las adyacencias), a hacer largas colas frente a los comercios
que expenden comida, para –muchas veces- tener que regresar a sus hogares sin
ningún alimento, bien porque ese día estos no llegaron, o bien porque su elevado
costo le impidió adquirirlos. Esa noche, como muchas otras, es probable que su
grupo familiar se acueste sin comer. Muchas veces el simple hecho de salir a comprar
los alimentos, se reviste de violencia verbal y física por parte de los cuerpos
policiales, dueños de establecimientos o los mismos vecinos que han entrado en
una dinámica de competencia física para poder acceder a los víveres. La peor
parte la llevan las mujeres de la tercera edad y las embarazadas o con niños en
brazos, a quienes no se les respeta sus derechos establecidos en la
Constitución Bolivariana de la República de Venezuela ni en las leyes
respectivas.
En cuanto a la inseguridad, vemos cómo la violencia contra las mujeres
aumenta, sin discriminar edad ni estrato social, siendo altamente alarmante los
robos y asesinatos contra adultas mayores. Demás está señalar que estos
crímenes se amparan bajo el manto de impunidad reinante en el país.
Adicionalmente, acudir al Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses a
reclamar a sus deudos, se ha convertido en un ejercicio de trámites
burocráticos que constituyen una afrenta que se suma al sufrimiento padecido.
Otro aspecto a destacar es la crisis en la salud. Mueren parturientas y
sus recién nacidos; mueren mujeres con enfermedades oncológicas, principalmente
de cáncer de mama y con otras patologías, no solo por falta de insumos médicos,
sino hasta por falta de ambulancias que las trasladen y por falta de médicos especialistas.
Asimismo, no podemos dejar de mencionar las amenazas directas, y a
través de los medios de comunicación, contra cientos de mujeres que trabajan en
la administración pública, por el solo hecho de haber firmado para solicitar el
referendo revocatorio presidencial. La mayoría de estas amenazas ya fueron
ejecutadas, privándolas no solo de llevar el sustento para sus hogares y
coartándole su derecho a ejercer libremente sus preferencias políticas, sino de
su derecho a recibir amparo por cuanto muchas Inspectorías del Trabajo se
niegan a procesar sus demandas.
También solicitamos escuchar y procesar con celeridad las solicitudes
de las esposas, madres, hermanas y demás familiares de los denominados presos
políticos, que no son más que hombres y mujeres que permanecen tras las rejas,
por el solo hecho de atreverse a
levantar la voz frente a las injusticias que se cometen en el país.
Este clima de inseguridad personal y alimentaria, de deterioro de la salud,
ha elevado considerablemente los episodios de agobio físico y emocional, así
como los de protesta ciudadana, siendo el “toque de cacerolas” un recurso
utilizado para expresar las carencias existentes y la falta de respuestas
eficientes y oportunas. Por ello, el Frente Nacional de Mujeres observa con
gran preocupación los hechos ocurridos en la localidad de Villa Rosa, Estado
Nueva Esparta, el viernes 2 de Septiembre, cuando en ocasión de una visita del ciudadano Presidente
a esa localidad, las mujeres tocaron cacerolas para tratar de llamar su
atención sobre las carencias que sufrían,
y la respuesta presidencial, fue desproporcionada
contra las mujeres que participaron en dicha protesta. Esa noche las mujeres
venezolanas observamos con asombro y gran rechazo, cómo un Presidente
“zarandeaba” a una de esas mujeres, sin reparar que la ciudadana era una mujer
de la tercera edad que ejercía plenamente sus derechos.
Para agravar aún más la situación, el Presidente de la República
utiliza un lenguaje descalificador, procaz
y ofensivo, que muchas veces raya en lo obsceno, sin reparar en el
horario en el que se dirige a la nación, donde muchas veces hay audiencia
infantil, violentando las normas de respeto que cada familia transmite en el
seno de su hogar para tratar de preservar un ambiente de paz y convivencia. Reírse
impúdicamente del hambre del pueblo (“la
dieta de Maduro te pone duro…sin necesidad de viagra”), es inaceptable en
una democracia donde se respeten los DDHH.
Habida cuenta de los planteamientos
formulados, le solicitamos, con carácter de urgencia, que esa Defensoría haga
valer los derechos y la dignidad de la valiente mujer venezolana, que hoy enfrenta
los avatares de una crisis alimentaria, de salud, de violencia de género y de
desconocimiento de sus derechos políticos sin precedentes.
Mujeres de: Bandera Roja (BR), Primero Justicia (PJ), Acción
Democrática (AD), COPEI; Un Nuevo Tiempo (UNT), Proyecto Venezuela (PV), Alianza Bravo Pueblo (ABP), ,
Avanzada Progresista (AP); Movimiento al Socialismo (MAS); Mujeres de la CTV; Mujeres Democráticas Unidas (MUDEMU),
Federación Venezolana de Abogadas (FEVA), Mujeres Demócrata-Cristianas de
América Latina y el Caribe (MUDCA);
Género, Democracia y DDHH/EGP; ASOSABER, Fundación Venezuela Propositiva.
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