Hoy, cuando Venezuela transcurre por la más profunda crisis general de la última centuria, desde Bandera Roja reafirmamos nuestra convicción de que no podremos salir de esta catástrofe mientras continúe la misma conducción política del país. Este gobierno no tiene cura, pues no hay farmacia que tenga los medicamentos contra el autoritarismo, la ineficacia, la ignorancia y contra las desmedidas ansias de las mafias gobernantes de seguir usufructuando y dilapidando los dineros públicos.
Y el gobierno de Maduro se empeña en agigantar el desastre que han creado, proponiendo decretos y medidas que no reconocen su fracaso, y de esa forma es imposible hallar una salida a la altura de la terrible circunstancia económica y social que sufrimos los venezolanos. La emergencia económica decretada por Maduro es una mascarada —que pudiera denominarse “cómo seguir en lo mismo”— que encierra medidas no tomadas por razones politiqueras. No expresa política económica distinta a lo hasta ahora realizado. Además de la mayor centralización de las decisiones económicas en manos del Ejecutivo, hasta ahora lo que se aprecia es el incremento de las cargas impositivas y el afianzamiento de orientaciones que buscan preservar la capacidad de crédito del Estado ante la baja de los precios del crudo. Más allá de alguna que otra intención, ya se anuncia el aumento del precio de la gasolina, largamente esperado por muchos políticos y economistas que consideran esa medida un dogma elemental. Les molesta ese subsidio, pero nada dicen del traspaso de una riqueza muy superior como la representada por la deuda pública, el otorgamiento de miles de millones de dólares preferenciales a importadores vinculados con el gobierno, favorecidos entre otros por una política económica que destruye el aparato productivo y afianza el papel de Venezuela como proveedor de petróleo y otras materias primas. El solo aumento del precio de la gasolina no tendrá casi ninguna significación con un déficit fiscal que bordeará 25 % y con una inflación esperada mayor que la de 2015. Y para más drama ya el precio del barril de crudo se acerca al costo de producción interna.
Venezuela reclama urgentemente una nueva conducción capaz de realizar una política económica de contenido popular y nacional. Que canalice el ahorro social a la inversión productiva, mientras aumenta la capacidad de demanda de la ciudadanía, mejorando radicalmente las condiciones de vida de los trabajadores y la familia venezolana. Junto a la presión popular por nuestros derechos, debemos abrir los cauces constitucionales para salir de este nefasto gobierno: revocatorio, enmienda o asamblea constituyente requieren del calor popular para darles vida.
Este 46o aniversario nos encuentra bajo la agresión de la quintacolumna de un grupo mercenario que está al servicio del régimen y con el apoyo parcializado de la institución judicial. Tramposerías, tropelías y desafueros de diversa calaña han llegado al colmo de celebrar en el estado Sucre una antiestatutaria, ilegal y anticonstitucional parodia de quinto congreso, el pasado sábado 16 de enero. Esta deshonra para nuestros mártires y para nuestra historia reclama nuestro más profundo y radical rechazo y repudio. Y seguiremos resistiendo esta embestida en todos los terrenos, político, jurídico e institucional.
Bandera Roja no es una mercancía ni una franquicia electorera, sino una conciencia colectiva que lucha por la transformación revolucionaria de nuestro país, por la democracia popular y el socialismo, uno muy distinto de esta payasada estafadora iniciada hace diecisiete años.
Bandera Roja, en su 46o aniversario, ofrece a los venezolanos su experiencia práctica y su elaboración teórica, acumuladas en décadas de lucha, para abrir vías a un verdadero cambio hacia el desarrollo y la prosperidad, fortaleciendo nuestra soberanía e independencia en el marco del impulso de una democracia de nuevo tipo. Y la construcción de una fuerza social y política es la garantía de que los cambios sean sostenibles hacia el progreso, y allí encontrarán a nuestra militancia luchando hombro a hombro junto al pueblo.
Por la Dirección Nacional
Gabriel Puerta Aponte
Secretario General
Venezuela, 20 de enero de 2016
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