lunes, 20 de junio de 2011

Bandera Roja llama a luchar por una democracia popular y de progreso

Este gobierno no le sirve a Venezuela

Doce largos años, centenares de millones de dólares de renta petrolera y recaudación fiscal más la cuadruplicación de la deuda pública, el control total de las instituciones del Estado, una gran porción de venezolanos esperanzados y muchos luchadores populares apostando al éxito no le han bastado al actual régimen para atender y solucionar los principales problemas económicos, políticos y sociales.
El Presidente ha usado todos esos recursos y apoyos sólo para mantenerse en el poder junto con una camarilla rotativa, sin importarle si un día le conviene ser católico o evangélico, pro chino, pro ruso o pro iraní, hablar mal del “imperio” o alabarlo y garantizarle petróleo para sus incursiones bélicas contra los pueblos en lucha, presentarse como promotor de la paz mundial y a la vez apuntalar el resentimiento de grupos armados contra los propios venezolanos que reclaman sus derechos. En fin, ha desperdiciado una oportunidad histórica de promover un verdadero cambio hacia nuestra liberación como pueblo y como nación, y a cambio sólo hemos recibido grandilocuentes actos propagandísticos, discursos demagógicos, cantos de sirena y muchas, muchas, muchísimas promesas incumplidas, unas tapando las otras.

Nos vendieron una supuesta democracia protagónica y participativa, y ahora son nuevos cenáculos y élites quienes deciden todo, cuando no es el propio dedo despótico el que “participa” su determinación, a la par que se restringe, reprime y criminaliza la libertad de expresión, de manifestación y de protesta. La farsa del “poder popular” ha traído más bien dilapidación de recursos y corrupción en las filas de muchos luchadores populares, y en paralelo se les niega la autonomía a las organizaciones comunitarias, sindicales, populares, gremiales, tratando de someterlas a sus designios con un bozal de arepas y convirtiéndolas en apéndices del caudillo.

Los derechos humanos están muy bonitos en la Constitución, pero en la calle, en las policías, en las cárceles, en las fábricas, en los campos, se violan los derechos sociales, individuales, económicos y personales, en un escenario de delincuencia desatada, crímenes, desmanes, discriminación y abuso de autoridad, brillando por su ausencia la imparcialidad y acuciosidad de policías, fiscales, defensores y jueces.

Ofrecieron independencia y soberanía, y cada día somos más dependientes del precio del petróleo y más vulnerables, pues la agricultura y la industria, que ya estaban bastante deterioradas, están en indetenible proceso de destrucción, pues importamos cerca de 78 por ciento de lo que nos comemos y casi toda maquinaria de importancia. Este régimen destruye como la marabunta y miente con el mayor cinismo: todas las industrias básicas de Guayana con resultados negativos; las fábricas de cemento y muchas de las empresas petroleras expropiadas dejadas al abandono; la generación de electricidad cada día con más fallas; la vialidad terrestre convertida en un solo hueco; la infraestructura hospitalaria y educacional por el piso; y mientras esto ocurre el gobierno nos dice que todo está de maravillas, que la crisis capitalista no nos ha golpeado, que pronto seremos una nación del “primer mundo”, y además que cada uno tendrá su propia casita para el “buen vivir”.

Ya basta de creer en pajaritos preñaos y de pensar que iremos lejos con tantas promesas y demagogia, mientras nuestros salarios no alcanzan ni para la dieta básica, no hay fuentes de empleo seguro y estable, no mejoran los servicios de salud y educación, la delincuencia nos roba y asesina a diario… No, lo que tenemos que hacer es organizarnos para luchar como un pueblo unido, para superar esta pesadilla que alguna vez se pensó era una esperanza de cambio. No nos merecemos esta estafa que estamos viviendo, que es continuismo del más puro de lo peor que sufrimos en la época del bipartidismo.

Bandera Roja llama a construir desde abajo, desde el cerro, la fábrica, el caserío, la urbanización, el centro de estudios, la universidad, una fuerza social y política que conquiste una nueva oportunidad para un verdadero cambio hacia el progreso, el bienestar y la justicia social; con una patria que se haga respetar en su soberanía, independencia y autodeterminación; con una democracia de nuevo tipo que permita opinar y decidir sobre los principales derroteros de nuestra nación y no sea sólo para elegir en quién depositamos nuestro poder soberano. Este gobierno ha demostrado que, por más dinero y recursos que existan, no sirve para satisfacer los deseos y requerimientos populares, pues sólo ha permitido que nuevos y viejos ricos se repartan el botín petrolero a sus anchas, regalando una buena tajada a los banqueros, a los importadores y a un funcionariado ávido de esquilmar los dineros públicos.

Llegamos donde no queda espacio para mantener las ilusiones, el cambio es imprescindible para que renazca la esperanza en una Venezuela de prosperidad para todos.
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ESTE GOBIERNO NO SIRVE
¡VAMOS A CAMBIARLO!
Comité Central de Bandera Roja

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