En los últimos
días no he dejado de hacerme esta pregunta, y es que; 16 años después de la
existencia de la más grande estafa contra la voluntad de cambio de un pueblo,
del mayor saqueo que se haya podido hacer al erario público y a la riqueza
patria, del afianzamiento de mecanismos de violación de los derechos humanos,
de la destrucción de todos los servicios y la infraestructura pública, de la
quiebra de la industria y del campo nacional, del empobrecimiento masivo de los
venezolanos, la interrogante sigue teniendo pertinencia, aun cuando el tren
marcha a toda velocidad hacia el precipicio llevando como pasajeros al pueblo
venezolano.
De seguir las
cosas como van parece imposible detener el tren, en el futuro inmediato, y lo que
se avizora es mayor miseria, hambre y represión como resume la vieja consigna,
pues la capacidad de maniobra del régimen para atemperar los reclamos y
satisfacer los requerimientos del pueblo se encuentra sensiblemente afectada y,
lo que le queda para preservarse es profundizar el terror (y el temor) entre el
pueblo venezolano.