El 11 de Abril de 2002, la traición al pueblo

miércoles, 28 de diciembre de 2016

A quién beneficia realmente el régimen chavista (Cifras)

Hace pocos días las redes sociales "rompieron el celofán" -como dicen en el mundo periodístico- con la noticia de una supuesta intervención de Banesco. La noticia vino aderezada de propaganda contra el Comunismo y el Socialismo que supuestamente se vive Venezuela. En realidad, la noticia era que el TSJ había decidido sobre una demanda del Municipio San Francisco del estado Zulia contra dicha entidad financiera. La decisión del “máximo tribunal” (en realidad una oficina de asuntos jurídicos del Psuv) consistía en que la entidad bancaria debe pagar una multa que para muchos era exorbitante: más de siete millones y medio de dólares. En la sentencia ni siquiera se especifica que la multa sea en dólares y no en moneda de curso legal, el bolívar, desaparecido del mercado gracias al #CorralitoChavista aplicado por Nicolás Maduro, supuestamente para “acabar con las mafias colombianas”. Quedé intrigado con la cifra de la multa, por lo cual procedí a investigar sobre las condiciones en que se encuentra ese banco, cuyo dueño dijo hace unos años, a propósito de sus grandes ganancias: "Si esto es socialismo, yo soy socialista".

La investigación arrojó datos bien interesantes que dan cuenta de los verdaderos beneficiarios de la política económica del chavismo desde el punto de vista de clase. Contrario de lo que muchos creen, tanto opositores como oficialistas. Nos encontramos entonces con que Banesco, en el mes de junio de 2016 ocupó el primer lugar de los bancos privados con más ganancias, según la web especializada en finanzas www.bancaynegocios.com, como se desprende del siguiente cuadro.


Comparando la banca pública con la privada, Banesco ocupó, en el mismo mes de junio de 2016, el segundo lugar de entidades financieras con más ganancias del país, como se evidencia a continuación:


En el mes de noviembre del presente año, Banesco ocupó el primer lugar del ranking bancario. Obtuvo ganancias de 8.911.793 bolívares, por encima del Banco de Venezuela, que ocupó el segundo lugar, al obtener ganancias, ese mismo mes, de  6.650.375 bolívares. Revisando con detenimiento el ranking bancario que publica la firma Aristimuño, Herrera y Asociados, y comparando las ganancias de Banesco de noviembre de 2015 con las obtenidas en noviembre de 2016, encontramos que esta entidad financiera las incrementó en 22.100.614 bolívares, al pasar de 18.935.230 en el 2015 a 41.035.844 bolívares en el año 2016. Esto es un incremento del 216,71 % en apenas un año. Vean  la siguiente tabla:


Se evidencia que Banesco sigue obteniendo un lugar privilegiado en el ranking bancario venezolano. Lo cual significa que esta entidad le ha ido muy bien durante estos años de chavismo, pues ha desplazado a entidades financieras con mucho más tiempo en el país y que en 2010 ocupó el primer lugar de bancos con más ganancias. Nos referimos al BBVA Banco Provincial (ver). Esta misma entidad financiera fue la que financió la campaña de Hugo Chávez en 1998.

Estos datos que estamos citando y que cualquier lector puede verificar en internet, nos dicen que la clase social que ha obtenido mayores beneficiarios de la política económica del chavismo es la Oligarquía Financiera, que ha incrementado sus ganancias como ningún sector social en Venezuela. Así lo afirma incluso el economista César Aristimuño: “El sector financiero es el que, por lejos, más ha crecido en Venezuela en los últimos años. En 2012, las instituciones financieras y seguros crecieron 33,5% frente a un PIB que ascendió 5,6%. En 2013, mientras el PIB se expandió apenas 1,3%  el sector financiero creció 21,6%. Entre enero y septiembre del 2014, mientras el Producto Interno Bruto cayó 2,3%, el rubro “Instituciones financieras y Seguros” creció 13,2% con relación al mismo período de 2013” (ver).

¿Puede algún otro sector social presentar estas mismas cifras? Pues no. Mientras que la oligarquía financiera obtiene las ganancias como las referidas y tiene un crecimiento como el citado, los trabajadores de la administración pública aún siguen exigiendo el pago por concepto de aumento de salario mínimo decretado unilateralmente por la dictadura haces unos meses; las universidades siguen exigiendo, como lo ha hecho desde 1958, presupuesto justo; los obreros de Sidor permanentemente deben movilizarse por sus reivindicaciones laborales y por la firma de contratos colectivos; a los docentes del Ministerio de Educación le quitan reivindicaciones establecidas en la contratación colectiva, vendida por el Gobierno dictatorial de Maduro con bombos y platillos.

Mientras los trabajadores, quienes crean la riqueza nacional con el sudor de su frente, deben hacer largas colas para ver si pueden adquirir algo de comida con un salario que se lo traga el constante incremento de precios, deben comprar inyectadoras (que no se encuentran y si se encuentran salen muy caras) para que le pongan una medicina en un hospital público, mientras nuestros niños y jóvenes en los barrios desertan del sistema educativo para incorporarse al “bachaquerismo” y así poder contribuir al mantenimiento de sus familias, mientras Venezuela toda se empobrece, el sector bancario obtuvo en el último año ganancias de 96.775.731, es decir, un incremento de 178,74%. (ver cuadro anterior).

Desde 1998 hemos venido diciendo que este régimen es una estafa, que no es socialista, ni revolucionario y mucho menos comunista. Que asistimos a una burda manipulación, una operación política orquestada para engañar a un pueblo que anhela un cambio real y profundo y no un “quítate tú pa´ ponerme yo”, como lo hemos estado viendo en los últimos meses en Venezuela. Hay que ver los hechos y las cifras reales, no el discurso ni la “fraseología” engañosa de las mafias que gobiernan.

Recuerdo a un embajador estadounidense destacado en Venezuela por el entonces presidente Bill Clinton, quien decía, palabras más, palabras menos, lo siguiente: “no vean lo que dice el Gobierno de Venezuela. Vean lo que hace”. Lo decía en un contexto en el que las empresas petroleras gringas obtenían grandes y jugosas ganancias producto de las “empresas mixtas” en el área petrolera, un eufemismo para entregar nuestra industria petrolera a intereses extranjeros. Pues bien, los invito a analizar concienzudamente las acciones de la dictadura de Maduro, no lo discursos, porque “lo esencial es invisible a los ojos” y este régimen es, esencialmente hablando, un régimen “socialista de palabra, pero capitalista en los hechos", como diría Lenin.

René Cedillo
@ReneCedilloR

Dirigente Nacional de Bandera Roja

martes, 27 de diciembre de 2016

La delgadez como balance de 2016, por Eddy Timaure

Es común que la delgadez haya tomado cuerpo (o expropiado cuerpo) en la humanidad de la mayoría de los venezolanos. Niños, adolescentes, adultos y ancianos famélicos se exhiben por doquier como evidencia de la "democratización" del hambre, esa que no llega a la rechoncha humanidad de quienes, independientemente de su posición política, mayoritariamente afecta al régimen, disfrutan de las ventajas del poder. 

Pero la delgadez, esa que me mata verla apropiada de la humanidad de mis hijos, de mi familia y de todo el pueblo, y de la que no he podido escapar, pareciera haberse extendido a otras esferas de la vida social. Así, los sueldos y salarios de los trabajadores venezolanos, esos a los que economistas y opinadores del régimen y de la oposición le atribuyen, manipulación de por medio, cualidades inflacionarias, son de los más delgados del mundo, en tanto a duras penas llega, el salario mínimo, a unos 10 dólares al mes, mientras que las ganancias del sector financiero, de los importadores y el patrimonio de la vieja y nueva burguesía se acrecienta de manera grosera. 

La delgadez hizo casi invisible los derechos humanos. Al menos desaparecieron de los tratados, de la constitución, leyes y demás normas que leen magistrados, jueces, fiscales, funcionarios policiales y militares, así como los dirigentes vinculados al régimen, salvo que ella, casi convertida en pandemia, haya afectado las neuronas de los mismos hasta hacerlas casi desaparecer, incluso las de aquellos con vieja formación revolucionaria hoy devenidos en chavistas. Además de la exclusión por razones políticas y derivadas de los paquetazos económicos (en cualquier escenario de la vida venezolana), la represión, la persecución y el encarcelamiento a disidentes u opositores se acrecentó este año. Ninguna carantoña de la MUD fue válida para frenar esa tendencia. Por el contrario, los abusos se acrecentaron y, sin pudor alguno, violentaron los derechos humanos, como el de elegir, usando como escudo protector al TSJ. 

La delgadez acabó con la ya famélica eficiencia en las instituciones gubernamentales para sostener una mínima calidad en la prestación de los servicios públicos. En buena parte de Venezuela (el estado Falcón es emblemático en eso), el agua potable casi queda en el recuerdo. El servicio regular de energía eléctrica sigue enflaqueciendo (ya tiene rato pasando hambre), el de telefonía y de internet está bien desnutrido. Ni hablar del de aseo urbano al que la basura lo consumió. Lo mismo pasa con la vialidad, donde los huecos se han multiplicado como llagas por toda la geografía nacional. También el de salud, donde la delgadez presupuestaria en hospitales y ambulatorios ha dado lugar a muertes de miles de venezolanos. Pasa igual con la seguridad, que ya casi ni se ve en la palabra por la delgadez. Mientras ello ocurre, la calidad de vida de viejos y nuevos burgueses sigue engordando y la aseguran mediante la contratación de servicios privados para atender obligaciones públicas (como la seguridad) que le niegan, reitero, al pueblo. 

La delgadez, por si fuera poco, afectó la amplitud de la unidad opositora, especialmente de la MUD, que se redujo a 4 partidos en momentos que demandaban (y siguen demandando) una unidad superior. Cálculos electorales de por medio, el interés partidista y parcial frente al interés nacional, privó para que, una bien engordada mayoría popular descontenta frente al régimen, careciera de una conducción congruente con sus demandas y su disposición, desperdiciando momentos estelares que podrían haber significado una salida del régimen. 

Por fortuna, Maduro y el régimen no salieron ilesos de esta realidad, pues hoy lo que tienen es un famélico respaldo, creciendo casi en la misma proporción que la delgadez del cuerpo de la mayoría de los venezolanos. Solo falta que una nueva unidad gane peso, para que pueda conducir el descontento popular que, tan pronto amanezca el 2017, se hará sentir en cada rincón de Venezuela, tal como este moribundo año lo ha hecho en diversos espacios y momentos. 

Así que, al término de 2016 el balance es la delgadez. Eso es lo que vemos frente al espejo, en nuestra familia, en nuestros amigos, en nuestro pueblo. Nos toca aprovechar a ese pueblo en el que ha engordado el descontento, en el que crece la disposición de lucha, para organizarlo, levantando una nueva unidad, una unidad superior, basada en un Programa de Reconstrucción Nacional que impulse, con presión y lucha popular, el cambio político necesario para salvar a Venezuela y a los venezolanos del caos. Hagamos peso en la delgadez del respaldo popular al régimen y salgamos de él de una buena vez.

Eddy Timaure
@EddyTimaure

Secretario General de 
Bandera Roja - Falcón

viernes, 23 de diciembre de 2016

Sun Tzu, o el arte de unir para derrotar la dictadura, por Pedro García


Hace unos 2600 años vivió Sun Tzu, un general chino, genio en el arte de la guerra y la política. Su obra, “El arte de la guerra” es de lectura obligatoria en todos los ejércitos del mundo y guía de la mayoría de los estadistas. La obra de Sun Tzu no es exclusivamente un libro de guerra en la acepción estrictamente militar. Sus consejos se aplican desde el mundo de la política hasta la ciencia de la administración y los negocios. Sus consejos, adquiridos en el campo de batalla y en el estudio de la política, tienen una asombrosa vigencia.
Quienes hacemos política en Venezuela estamos obligados a estar familiarizados con el concepto de estrategia. Aquellos que la entiendan y la apliquen correctamente sobrevivirán, los que no, perecerán, como diría el militar chino. Es decir, es necesario tener una estrategia y cuantas tácticas sean necesarias para coronar con éxito lucha contra la dictadura que gobierna el país.

En los últimos tiempos los venezolanos hemos sido testigos de excepción de muchas fallas en la conducción de la lucha contra el régimen. Esta conducción ha recaído en las espaldas de un “cogollo” que se abrogó la exclusividad de “representar” a todo el pueblo opositor. Es claro que dicho “cogollo” no comprendió el momento político, que frenó ex profeso las movilizaciones populares y democráticas para dar paso a un diálogo propuesto por Maduro, que a todas luces buscaba ganar tiempo. Su táctica fue errada, de eso no hay duda, a pesar de las advertencias y críticas que se hicieron.

Luego del fracaso que ha tenido este cogollo, se ha hablado de su necesaria sustitución. Cualquier alternativa opositora que intente desplazarlo, debe entender que la inmensa mayoría del pueblo está urgida de una dirección política que esté a la altura de la complejidad del momento, que quiera y esté convencida de salir de la dictadura lo antes posible. Debe entender, comprender y tener claro que solo con la presión popular, con la rebelión democrática en sus diversas formas de luchas se echará del poder a Nicolás Maduro y sus mafias. Debe tener muy clara la necesidad de trabajar en la edificación de una unidad superior, que sea expresión de una política de unidad y alianzas más allá de los cogollos y las élites que secuestraron y hegemonizaron sectariamente la lucha por la restitución de la democracia.

Conocer la naturaleza de la dictadura es básico

Para Sun Tzu es imprescindible conocer al enemigo mejor de lo que te conoces a ti mismo. “Conoce al enemigo y conócete a ti mismo. Si no sabes nada del enemigo, y te conoces, existe igual posibilidad de ganar o perder; y si no te conoces, y tampoco a tu enemigo, estarás en peligro constante durante el combate”, decía. Para encarar a la dictadura con éxito es medular tener conocimiento de la naturaleza del régimen venezolano, hacer una caracterización del mismo, porque de ello dependerá el diseño de una estrategia victoriosa para enfrentarlo en el terreno político.

La política en parte es el arte de la aplicación de las estrategias y tácticas de la guerra por parte de los civiles para la toma del poder. Entonces, lo primero es conocer al adversario, sus estrategias y tácticas, su naturaleza de clase, es decir, a qué intereses sociales sirve más allá de su discurso. Por la práctica y ejecutoria de sus políticas se puede tener una mejor apreciación de cuál es la real orientación ideológica del mismo, no por lo que diga, sino por su práctica concreta.

Si definimos al adversario erróneamente, errónea será  la estrategia y tácticas para enfrentarlo. No puede ser otro el resultado sino hemos estudiado a fondo la verdadera naturaleza de quien enfrentamos. Como decía Marx, “las cosas no se presentan como son”. Este régimen se presenta con una jerga y ropaje de izquierda, socialista y hasta comunista sin serlo en lo absoluto. Si los que pretenden dirigir la política opositora compran el discurso del régimen, lo repiten y promueven como una verdad, están empleando una estrategia hacia algo que no existe, que no es real. Es como pelear con un fantasma y quien pelea con un espanto jamás podrá derrotarlo, solo en su mente se libra esa batalla.

Caracterizar a un régimen por el discurso que emplea, por las relaciones diplomáticas y/o políticas con determinados personajes o países, por las comparaciones de experiencias de países autodenominados de “izquierda o socialista” y no por sus obras, es incorrecto. Pero  la conveniencia de algunos sectores en mantener un discurso anticomunista parece más una cosa de marketing que da “dividendos” políticos, da votos, prestigio y caché.

Sun Tzu advierte que “todo General debe conocer la naturaleza del terreno, e investigarlo con cuidado, pues esto facilita al ejército la organización de su victoria.” En política vale. Al buen entendedor, pocas palabras.

Unidad superior para salir de la dictadura

Hoy, la inmensa mayoría del pueblo venezolano desea desde la base salir de este gobierno y régimen lo antes posible. Y este deseo de cambio va más allá de la ideología de cada quien, de sus creencias religiosas, de su militancia partidista, de sus condición económica o social.

Una nueva unidad debe tomar en cuenta esta realidad y heterogeneidad, esta caracterización política de la sociedad venezolana. Los que queremos salir de este desastre somos mucha gente: socialdemócratas, socialcristianos, derechistas, izquierdistas, socialistas, comunistas, capitalistas, de todas las creencias religiosas, inclusive hasta gente de pensamiento fascista. El quid de una estrategia y una táctica victoriosas está en unir a esta diversidad.

Sun Tzu decía que en la guerra y en la política era básico tener aliados para derrotar al enemigo, por lo que debía sumarse el mayor número de aliados posibles, neutralizar potenciales enemigos y dividir a los aliados de éste. En Venezuela existen fuerzas sociales, gremios, sindicatos, partidos políticos fuera de la MUD, artistas, intelectuales etc. que luchan contra la dictadura desde sus espacios y tienen planteamientos, propuestas y visiones de cómo enfrentar lo que nos oprime a todos. Sumar y acompañar luchas particulares de sectores que están excluidos de la estrategia sectaria del cogollo de la MUD es lo correcto. Significaría un salto cuantitativo y cualitativo que elevaría la unidad hacia un estadio superior, hacia la conformación de una nueva dirección política que dirija las luchas del pueblo con mayor amplitud, que incorpore a todos los que están batallando al detal contra la dictadura. Una unidad concebida en estos términos sería victoriosa e invencible en el propósito de salir de este gobierno y su régimen, porque no hay fuerza más poderosa que la voluntad de un pueblo que ya decidió cambiar el actual estado de cosas. Falta esta dirección política que comprenda la coyuntura política a la que nos enfrentamos y lleve a buen puerto a esa fuerza que quiere cambio.

Es fundamental entonces hacer bueno lo expresado por Sun Tzu: “si tienes aliados, tu posición es fuerte y el problema lo tiene tu enemigo”. Pero en nuestro caso el adversario tiene aliados y juega duro.

Los aliados no los decidimos nosotros, ni una coalición de partidos, ni menos un cogollo. Los aliados los definen las circunstancias históricas, coyunturales y concretas en las que nos toque actuar. Sería un error definir las alianzas y aliados por el poder económico que tengan, por el marketing o por afinidad ideológica o partidista, o simplemente por la cantidad de votos sacados en procesos electorales pasados. Hoy no podemos darnos el lujo de desechar a potenciales aliados por su ideología o porque en el pasado estuvieron identificados con el gobierno o con su líder fundador. Todos somos necesarios para salir de este régimen. Hoy son miles los chavistas de a pie que están decepcionados o que han roto con el régimen y que están dispuestos a sumarse a la lucha por salir de este desastre.

¿Qué hacemos con estas bases chavistas decepcionadas del gobierno?, ¿los apartamos? Una cosa son los Arias Cárdenas, los William Ojeda, los Ricardo Sánchez y otra cosa son los militantes y pueblo chavista de base que no tienen mando ni responsabilidad en la conducción y sostenimiento del régimen. Eso debemos diferenciarlo muy bien y si queremos sumar aliados, hay que incorporar a todo el que esté ganado para salir de esta dictadura sin estar hablando mal de la ideología o pensamiento político que profese cada quien. No se puede  invitar a alguien a sumarse a una lucha o a una nueva alternativa opositora pero al mismo tiempo estigmatizarlo por su manera de pensar, es una contradicción de marca mayor, sería combatir el sectarismo que se critica a los cogollos con más sectarismo y esto en política no se debe cometer. Cualquiera nueva alternativa debe sumar a los partidos minoritarios que están dentro y fuera de la MUD.

Debemos tener muy claro, entonces, los objetivos para poder enfrentar con éxito al enemigo. También debemos tener claro quien es el enemigo principal. Éste es el régimen que gobierna, y como decía Sun Tzu “vencerá quien pueda unir sus tropas en un objetivo común”. Porque quien actúa –expresaba- “aisladamente, y carece de estrategia y toma a la ligera a sus adversarios, inevitablemente acabará siendo derrotado”. No desviemos el objetivo principal: enfrentar y derrotar al gobierno y su régimen dictatorial.

No podemos distraernos en atacar a determinadas ideologías, a atacar a la MUD como una instancia unitaria y a los partidos genéricamente. Lo que hay que cuestionar y criticar es la política errónea de alguna de esas organizaciones, a la política sectaria y excluyente del cogollo que la dirige, de su falta de estrategia y tácticas claras para enfrentar la dictadura. Debemos sumar y multiplicar. Nuestra principal energía debemos enfilarla contra el régimen. En la nueva alternativa opositora debe caber todo el mundo que quiera derrotar la dictadura, hay que demostrar en los hechos que creemos en la unidad superior.

Sun Tzu expresó que estas eran las cualidades que debe tener El Mando (la dirección política o vanguardia en este caso): “Sabiduría que le permite actuar según las circunstancias; sinceridad,  humanidad, si es humano apreciará la laboriosidad y el esfuerzo de los otros; si es valiente aprovechará las oportunidades sin titubeos. Por otro lado, destaca la existencia de algunas cualidades, en las cuales puede predecirse la victoria: el que sabe cuándo puede o no luchar; el que comprende cómo usar fuerzas, tanto grandes, como pequeñas; el ejército cuyas filas están unidas en un propósito; el comandante que es prudente, y aguarda un enemigo que no lo es. Crea un ejército invencible, y espera el momento vulnerable del enemigo.”

Pedro García
@PedroPipoGarcía

Dirigente Nacional de Bandera Roja
Dirigente del MESR


miércoles, 21 de diciembre de 2016

Rabia y protesta no es “vandalismo”, por Ángel Pinto

Como habitante de uno de los barrios de la ciudad capital del estado Bolívar, quiero opinar sobre los hechos ocurridos en Ciudad Bolívar, pues los viví en carne propia y, como militante de Bandera Roja, traté de actuar en la medida de nuestras posibilidades como partido revolucionario y al servicio de la clase obrera. En primer lugar, hay que ratificar que —al igual que en gran parte de las zonas y regiones populares de toda la geografía nacional— en esta población estaba servido el escenario para un estallido social y aún lo sigue estando. Hoy con mayor fuerza. Una vez que llega la tan esperada y temida respuesta popular, tanto sectores del gobierno nacional y de la gobernación, así como también dirigentes de la oposición y hasta gente supuestamente de avanzada, pretenden adjudicar, erróneamente, tales hechos al hampa común u organizada.

El primer capítulo de esta explosión social podemos calificarlo como una respuesta desenfrenada y sin control, un evento difícil de describir en palabras por las inusitadas formas en que se expresaron la molestia y la rabia. Se trata de un hecho histórico que debe llamar a la reflexión a todos los dirigentes políticos, y más aún a los de oposición. Esa acción nació de las masas de forma espontánea, por frustración, desesperanza, hambre, escasez, falta de alimentos, bajo poder adquisitivo y por muchas cosas más. El detonante, conocido hasta por el más desinformado, fue la salida de circulación del billete de 100. Medida tomada por Maduro en forma irresponsable para beneficiar a las mafias y —dicho sea de paso y en mayúscula— por la ausencia de una oposición férrea, valiente y compenetrada con el sentir del pueblo y con sus sentimientos de cambio, y capaz de orientar positivamente la frustración de la ciudadanía. De tal manera que debemos separar muy bien la línea gruesa que separa las causas y los efectos. En las primeras de cambio el hampa organizada fue tomada por sorpresa y los malandros, puedo jurarlo por mi conciencia, fueron sorprendidos al igual que los comerciantes y el mismo gobierno regional. Tanto así, que se especulaba que el gobernador había sido destituido, porque no aparecía por ningún lado.

En relación con los hechos dantescos, fueron arrasados, y temo quedarme corto, cerca de 90 % del comercio de víveres. En la urbanización El Perú, Los Próceres y el barrio 4 de Febrero de la parroquia Agua Salada, fueron saqueados bodegas, kiosquitos, supermercados chinos, que en honor a la verdad no son ningunos grandes supermercados. La gente saqueaba de todo, mangueras, repuestos de carros, poncheras, la batería de un carro mal parado. Arrasaban con cualquier cosa que encontraban a su paso. En la parroquia La Sabanita, la más grande de América Latina, según se dice, saquearon de todo con violencia, con saña, con ira, con resentimiento acumulado. ¿Por qué digo que fue una acción espontánea de las masas? Sencillo, porque al igual ocurría en La Sabanita, Los Próceres, 4 de Febrero, Agua Salada, El Perú, Los Coquitos, Las Moreas, La Redoma de la parroquia Catedral, Vista Hermosa, avenida Perimetral de la parroquia Vista Hermosa y parroquia José Antonio Páez. Toda la ciudad fue afectada por la locura colectiva, por la rabia contenida, por el resentimiento contra un Estado corrupto, embustero y farsante. Entonces, sin lugar a dudas, fue una reacción espontánea de las masas. Porque al mismo tiempo ocurrían cuestiones similares en El Dorado, Tumeremo, Upata, Guasipati, El Manteco. Sería ingenuo pensar que alguien tenga la capacidad de organizar algo con tanta precisión y con el mismo formato.

En el segundo capítulo de los saqueos, sí aparece el hampa organizada, y su intervención fue para salvaguardar sus intereses, que no es otro que proteger los establecimientos que pagan las vacunas. Pero antes de aparecer el hampa algunos negocios que pagan vacunas también fueron arrasados. Su intervención no fue para saquear. Fue para indicar cuáles no debían ser saqueados. Por ejemplo, en el paseo Orinoco es muy conocido los que pagan vacunas y la gente respetó eso, pero sin embargo se “llevaron” algunos almacenes. Con la aparición en escena del hampa en actitud neutral y la incapacidad de reacción de los órganos de seguridad y del gobierno regional, los saqueos continuaron sin novedad en el frente. Cuentan actores de la primera línea de ataque que policías y la guardias nacionales llegaban a un sitio de saqueo y decían “bueno saqueen, nosotros volvemos dentro de una hora” pero nunca volvían. Y en algunos casos participaban del festín, de ello hay videos y fotografías. Y los cuerpos de seguridad no tenían capacidad de reacción ante lo extendido de la locura colectiva por todas partes, pues no fue en un sector puntual que pudieran rodear o contener, sino que sucedía en todos los barrios de la ciudad. Lo mismo aconteció en casi todo el estado Bolívar. Ante este escenario de inacción, de nula reacción de los supuestos agentes del orden, los actores dieron un salto cualitativo y cuantitativo en su locura y fueron por ferreterías, el banco de Venezuela de Makro en la parroquia Marhuanta, repuestos de carros y todo lo que se pudiera robar. Y los cuerpos de seguridad no reaccionaban. Pues parecía que los funcionarios se identificaban e internalizaban la actitud de los saqueadores, y no quisieron disparar por lástima, actitudes que habrán de ser analizadas como conjeturas por psicólogos y sociólogos.

En el tercer capítulo, sí reacciona el gobierno y pone a funcionar un laboratorio de “guerra sucia”, cuestión en la cual son muy expertos y toman por asalto las redes sociales con información y contrainformación, con audios de una señora llorando, mujeres y hombres afirmando saqueos ficticios, afirmando que el hampa era la que había organizado todo esto con sectores de la oposición y que venían a saquear por venganza contra el gobierno por haber arruinado las mafias mineras, porque supuestamente el hamponato minero se había quedado con sacos de billetes y mucho oro a bajo precio, cuando todo el mundo sabe que las mafias mineras son manejadas por militares y por el alto gobierno. El gobierno corre la voz de que estaba en desarrollo una especie—más una parodia que un verdadero enfrentamiento clasista— de lucha de clases de los barrios contra las urbanizaciones, los pobres contra los ricos y la jugada le salió muy bien, ya que los bolivarenses cayeron en la mentira de que se trataba del hampa organizada contra la gente común y corriente. Así los ciudadanos pasaron una noche de angustia, esperando a un grupo élite de exterminio llamado el Grupo Pantera. De esta forma los farsantes del dictador se erigen como los salvadores de la patria, como los salvadores de la ciudad. 

Hoy, 19/12/16, la ciudad amaneció con 90% de comercios menos, 500 detenidos y la presencia de Diosdado Cabello anunciando en cadena regional todas las benevolencias que pondrán en marcha para reconstruir el comercio en la ciudad. Sin embargo, el clima sigue tenso en Ciudad Bolívar y el escenario de la explosión social sigue vigente y latente. Las masas probaron que lo hicieron y les fue muy bien, percibieron que los cuerpos policiales se neutralizan ante la avalancha de gente. Internalizaron que los esbirros no están ganados a exponerse para defender los intereses de los ciudadanos. Ahora el escenario se torna más complejo y peligroso para todos. De volverse a repetir un estallido social con estas características, la gente se puede volver contra la gente, las masas expresaron mucha violencia, mucha rabia, la gente perdió el sentido de ciudadanía, de la condición humana. Debemos ubicar con claridad al culpable y hacer un diagnóstico lo más aproximado a la realidad concreta para poder influir, accionar, conducir, orientar y controlar una situación como esta.

Ángel Pinto
@angelpintoh35

Secretario General (adjunto) de
Bandera Roja - Bolívar

jueves, 15 de diciembre de 2016

Venezuela y el cambio monetario Modo Circo

Maduro es pura máscara y circo, pero sin pan

La dictadura madurista ha creado todo un revuelo con la recolección del billete de 100 bolívares, buscando con ello un impacto político que también le sirva para ocultar sus graves responsabilidades en el desastre actual del país. Es una medida muy bien pensada y persigue varios propósitos en aspectos económicos y políticos. El más importante es la implantación del nuevo cono monetario. Se aplica un shock contra la gente para que asuma lo más rápidamente posible las nuevas denominaciones en los billetes de un signo monetario que apenas sirve para las transacciones cotidianas en una economía cada vez más dolarizada. El billete de mayor denominación pasará a ser 200 veces el anterior “marrón”, un cambio brusco que requeriría al menos seis meses para su adaptación.

Impulsados por la idea de que no podía esperarse más tiempo, en virtud de que la gente debía cargar cada vez más papel moneda para comprar cosas elementales, promueven esta obra teatral para atender varias cuestiones, y la principal es implantar un nuevo cono monetario bajo el engaño, la trampa y la mentira, convertidas en política de Estado. Disminuida la masa monetaria —el circulante para realizar las transacciones—, el Gobierno busca frenar un poco la escalada de precios y crear una efímera ilusión, mientras centra los ataques contra los enemigos imaginarios, aparte del "imperio" y su "guerra económica", contra sus nuevos "agentes de la mafia de falsificadores".

Además, el Gobierno busca frenar el incremento del precio de la divisa estadounidense. La recogida del billete es un corralito chavista que frena la oferta de bolívares frente a la presión de demanda del dólar. Mientras salen las nuevas denominaciones a cubrir la masa monetaria necesaria para realizar las transacciones, era lógico esperar una caída del precio del dólar, pues la caída en la oferta de bolívares frente a la presión de demanda del dólar fuerza a una eventual baja. Superada la circunstancia y cubierta la oferta de bolívares, al mantenerse la sequía de dólares en el mercado, el precio de la divisa nuevamente se incrementará por la demanda de un bien escaso.

El Gobierno quiere, también, aprovechar el estruendo del impacto para tapar u opacar la catástrofe nacional. La escasez y la inflación hacen estragos en la familia venezolana. Tragedia creada por un Gobierno corrupto, que impuso una política en favor de la oligarquía y destructora del aparato productivo que no podía derivar en otra cosa. Frente a ello, con esta maniobra, el Gobierno persigue crear otros culpables, aunque imaginarios, quienes forman parte del ejército enemigo que lleva a cabo la “guerra económica”.

De otra parte, son muchas las distorsiones creadas por la política gubernamental para favorecer a la banca, a los importadores y a las economías de los países imperialistas. Lo que explica los problemas de los precios en relación con el valor de los productos como resultado de la especulación y la inflación, principalmente. Esto también explicaría la concentración de una masa importante de billetes “marrones” en la frontera dirigida, junto al mercado paralelo de dólares, al contrabando de gasolina hacia Colombia —en connivencia directa con las mafias burocráticas, policiales y militares venezolanas— y a la compra de diversos insumos para la producción y bienes finales para el consumo del lado venezolano.

Las baladronadas del Gobierno, con el fanfarrón mayor al frente, y esta nueva fábula del contrabando para la falsificación de dólares con el billete de 100, forman parte de la tragicomedia gubernamental. Se trata de una idea quimérica que más temprano que tarde será desenmascarada como parte del sainete. Eso de que las mafias se hacen de los billetes para la falsificación de dólares es una leyenda creada para incautos, una burla a la inteligencia. Se sirven de esta fábula para alimentar al nuevo protagonista, al nuevo agente que actúa en la ficticia guerra económica: la mafia falsificadora de centenares de miles de millones de dólares que en nada afectan el mercado internacional. ¡Vaya fantasía!

Pero burlarse del pueblo venezolano les va a costar caro. La rabia acumulada se expresará en forma contundente. La elevación de la conciencia conducirá a que esa rabia encuentre el cauce en la lucha abierta por un cambio de verdad, de desarrollo, democracia y bienestar.

Frente a la farsa #RebeliónDemocrática
El cambio será con #PresiónPopular


Caracas, 15 de diciembre de 2016
Por la Dirección Nacional de Bandera Roja
Gabriel Puerta / Secretario General
Carlos Hermoso / Secretario General Adjunto

miércoles, 14 de diciembre de 2016

Operación shock, por Manuel Paredes


La eliminación del billete de 100 Bs decretada por Nicolás Maduro luce para muchos como una medida irracional. Sin embargo, vista con detenimiento, es una medida multipropósito. En primer lugar, encaminada a imponer duramente, como un shock, un nuevo cono monetario, contrario a lo ocurrido  cuando se creó en su momento el llamado Bolivar fuerte con la familia de billetes de 2, 5, 10, 20, 50 y 100, que se hizo de forma paulatina. Se Evidencia con esta última decisión la forma despótica y autoritaria de imponer su política monetaria.

Otro propósito es la distracción de los venezolanos de la profunda crisis que sacude al país en relación a la escasez de productos de la dieta diaria, de medicinas y de diferentes artículos, escasez producida por la destrucción del aparato productivo y el estímulo a la importación, lo cual afecta la producción nacional. Durante estas 72 horas que estableció el gobierno para la desaparición como moneda de los billetes de 100, los venezolanos se ocuparán de hacer largas colas en los bancos, cambiar los billetes que posean o comprar desesperadamente cualquier cosa usando los billetes que desaparecerán.

También se propone el gobierno la reducción del dólar paralelo, lo cual se ha dado en estos momentos pero puediera ser transitorio, dada la limitación de divisas en el país, la creación de dinero inorgánico puesto en circulación por el Banco Central, dinero que no tiene respaldo de produccion, y de la disminucuión de las reservas internacionales.

Una medida como ésta permite que capitales no legitimados puedan aprovechar esta circunstancia para el lavado de dinero, al poder cambiar estos billetes, dada la gran cantidad de papel moneda que circula, donde las mafias tienen un control en el contrabando de mercancías y del narcotráfico.

Ante este panorama de cambio de cono monetario se demuestra que el papel,  como medida de valor de las mercancías, que tiene la moneda va desapareciendo en el signo monetario monetario, asi como su función de patrón de precios, de esta manera ante un aumento general de precios, el valor del bolivar tiende a depreciarse y a desvalorizarse en su función de atesoramiento.

Por tanto, en esta circunstancia esta medida del gobierno busca disminuir los efectos de un profunda devaluación y dar muestra de fuerza ante la debilidad del respaldo popular con que cuenta el gobierno.


Manuel Paredes
Econimista
Secretario General de
Bandera Roja - Zulia

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Video: #6D Así salieron los representantes de la MUD de la Nunciatura

¡PRESIÓN POPULAR PARA EL CAMBIO POLÍTICO!

¡EL DIÁLOGO FRACASÓ!

El diálogo fracasó. La verdadera alternativa es la presión popular para el cambio político (video)


La Nueva Alternativa Opositora (NAO) ayer 6 de diciembre, denunció frente a la sede de la Nunciatura en Caracas, que ninguna de las dos cúpulas que participan en ese diálogo apaciguador representa los intereses de la mayoría de la población, que hoy exige la salida de Nicolás Maduro y de su dictadura de mafias y corruptelas del poder. Ese diálogo ha sido un fracaso incuestionable y una estafa para los anhelos de cambio de los venezolanos. 

"Vinimos a decir aquí en la Nunciatura que la única garantía de que en Venezuela haya un verdadero CAMBIO POLÍTICO es con una sistemática y sostenida PRESIÓN POPULAR. Con ella podremos torcer el brazo a las arbitrariedades y autoritarismo de los cogollos. Solo el impulso de un fuerte y amplio movimiento de lucha democrática y popular logrará restituir la democracia, hoy mancillada por las cúpulas dialogantes."




martes, 6 de diciembre de 2016

La verdadera alternativa, presión popular para el cambio

Declaración del Movimiento Nueva Alternativa Opositora este #6D

Hace un año (un 6 de diciembre) el pueblo venezolano demostró en las urnas su deseo de cambio político. Decidió a través del voto “revocar” al autoritarismo enquistado en la Asamblea Nacional.

Esa incuestionable victoria quedó secuestrada por el régimen de Nicolás Maduro, quien ha impedido que el mandato popular se ejecute, es decir, que el parlamento, como en cualquier país democrático, controle las acciones del poder Ejecutivo y legisle en favor de los intereses nacionales y de la mayoría de la población. Pero también ha sido secuestrada por una cúpula de política tradicional y de cogollos, apoderada hoy de la MUD.

Esta fuerza democrática y popular que significó la épica democrática ciudadana, fue sustituida por un diálogo cupular, de élites, que no representa la mayoría de los venezolanos. El miedo al pueblo movilizado y activo hizo que las cúpulas de ambos polos coincidieran en un interés común, el de limitar la participación a un mero acto electoral, desgarrando del espíritu libertario de los venezolanos, toda posibilidad de participación y protagonismo de calle. Sustituyeron las luchas por un diálogo que desconoce la fuerza del pueblo y que deja de lado su protagonismo social.

Ninguna de las dos cúpulas que participan en ese diálogo apaciguador representa los intereses de la mayoría de la población, que hoy exige la salida de Nicolás Maduro y de su dictadura de mafias y corruptelas del poder. Ese diálogo ha sido un fracaso incuestionable y una estafa para los anhelos de cambio de los venezolanos.

Vinimos a decir aquí en la Nunciatura que la única garantía de que en Venezuela haya un verdadero cambio político es con una sistemática y sostenida PRESIÓN POPULAR. Con ella, podremos torcer el brazo a las arbitrariedades y autoritarismo de los cogollos. Solo el impulso de un fuerte y amplio movimiento de lucha democrática y popular logrará restituir la democracia, hoy mancillada por las cúpulas dialogantes.

No caben aquí cálculos partidistas o individuales para tomar una mejor tajada en las nuevas circunstancias. Urge construir la Nueva Alternativa Opositora, acompañada de una dirección política que tenga el aliento histórico y la fuerza moral para desmontar este régimen militarista y autoritario mediante un cambio que tiene que ser civil y civilista.

Esta alternativa debe impulsar una UNIDAD SUPERIOR, incluyente, que aglutine a todas las fuerzas políticas y sociales para rescatar la democracia e iniciar la recuperación de nuestro país.

En nuestra acción de hoy rechazamos el diálogo de las cúpulas que solo le ha dado oxígeno Maduro y su Gobierno de mafias. Exigimos que sean restituidos los derechos a revocar y a elegir. Asimismo, consideramos que el el cambio que anhela el pueblo es profundo y de raíz, que es necesaria la refundación de la República, y un mecanismo para ello es el poder constituyente, es decir, a pueblo organizado desde abajo, para que convoque y organice con autonomía una Asamblea Nacional Constituyente originaria.

De igual forma exigimos la liberación de todos los presos políticos y que cese la persecución de la disidencia política, a los luchadores sociales y populares. Y por último, reiteramos la necesidad de construir una nueva dirección política que asuma el liderazgo para llevar salvar a Venezuela.

Hacemos un llamado a todos los partidos, las organizaciones sociales, los sindicatos, los centros de estudiantes, las ONG, a los luchadores y líderes sociales, a los descontentos con los cogollos de lado y lado, en fin, a todo aquel que quiere un cambio real, a luchar, a presionar para que Venezuela ande por senderos de democracia, progreso y bienestar.

Nueva Alternativa Opositora
Caracas, 6 de diciembre de 2016









lunes, 21 de noviembre de 2016

El diálogo cancela el cambio y "olvida" aspiraciones de los venezolanos

Las rebajas en las exigencias fundamentales de la oposición venezolana sobre el revocatorio, sobre el derecho al voto, sobre el respeto a la Constitución y sobre la liberación de los presos y perseguidos políticos —además de las exigencias de los sectores populares de mejorar sus condiciones de vida de manera urgente, ponen al descubierto el carácter de las conclusiones en la negociación entre las cúpulas de la dictadura madurista y la representación de la MUD en un diálogo que cuenta con el auspicio de factores internacionales.

La cancelación de la aspiración mayoritaria de los venezolanos sobre una salida electoral en 2016 y la posposición del proceso de elecciones regionales que por ley correspondían realizarlas este año, ponen en evidencia la ruta que han escogido ambas representaciones en la negociación que adelantan, y que inevitablemente los coloca como obstáculos al cambio al que aspiran los venezolanos.

El acuerdo suscrito por las partes refuerza el planteamiento de la dictadura madurista sobre la “guerra económica” y el supuesto saboteo a la gestión de Maduro, y por ende esconde la razón de fondo que no es otra que la destrucción progresiva y constante de nuestras capacidades productivas, pues se ha preferido aumentar nuestra dependencia con las potencias industrializadas. Asistimos así a una indigna sumisión ante un régimen de mafias que solo busca mantenerse en el poder a como dé lugar, y que ha colocado a nuestro país como área en disputa entre los intereses foráneos de chinos, rusos y estadounidenses, a quienes poco importa acordarse con tal de seguir tasajeando el botín de riquezas que representa Venezuela.

Pero algo más queda en evidencia con este acuerdo: ninguna de las dos cúpulas que participan en ese diálogo apaciguador representa los intereses del pueblo trabajador, de los desposeídos, ni de la mayoría de la población, que conforman hoy más de 80 % que exigen la salida de Nicolás Maduro y de su dictadura de mafias y corruptelas del poder.

Hoy se afianza el planteamiento que desde un principio ha guiado a Bandera Roja en la acción: el protagonismo ciudadano y la presión popular organizada, de calle, junto a la consolidación de un poder de base a través de las asambleas ciudadanas, son garantía de que se dé el cambio urgente. Las experiencias recientes en torno de las manifestaciones del 1° de septiembre y del 26 de octubre, ponen en manos de las mayorías la decisión final; la suerte de los que luchan desde abajo para cambiar lo que los de arriba no quieren que sea cambiado.

Para Bandera Roja ha llegado el momento en que la gente debe asumir como suyo un cambio político, que debe estar orientado hacia la reconstrucción nacional, dirigido a conquistar una nueva democracia, una economía productiva y diversificada, una agroindustia soberana y una política petrolera que sirva de palanca para la inversión productiva y la satisfacción plena de las necesidades de la población. 

La gente se preguntará con toda razón: ¿y ahora qué hacer? Desde Bandera Roja planteamos la necesidad urgente e inmediata de construir una fuerza popular que desde las bases de la sociedad, de los gremios, de partidos políticos y movimientos y corrientes sociales, asuma como suyo el planteamiento de constituir una nueva dirección política que realmente sea vocera de las mayorías, que se disponga a salir sin ambages de la dictadura madurista, y que se dote de una estrategia realmente unitaria y democrática que dirija al pueblo hacia la victoria.

La violación de la Constitución, de leyes fundamentales de la República y de los criterios mínimos de convivencia democrática ha sido sistemática y obliga a la búsqueda de una Unidad Superior que disponga todos sus esfuerzos en la dirección de un cambio que garantice un futuro de paz, progreso y prosperidad para todos los venezolanos, y que rescate el ascenso social de la mano del desarrollo soberano, como centro inmediato de cualquier propuesta programática.

Bandera Roja, desde siempre, se ha decantado por los intereses de los obreros, de los trabajadores y campesinos y de todas las clases sojuzgadas y empobrecidas a las que se les ha arrebatado la posibilidad de crecer y avanzar. Hoy ha llegado la hora de luchar juntos por un cambio político inmediato. 2016 sigue siendo nuestra meta y la lucha de calle y la presión popular y unitaria, sigue siendo el instrumento fundamental de ese cambio. Venezuela quiere salvarse y ha llegado la hora de escoger, entre los pactos de los arriba, o las luchas junto a los de abajo. Venezolanos, vamos juntos a luchar, sin descanso, para salvar a Venezuela.


Por Bandera Roja
Gabriel Puerta, Secretario General
Carlos Hermoso, Secretario General Adjunto

El riesgo de estudiar y luchar, por Douglas Zabala

A los estudiantes en su día

A mí, que hasta una huelga de hambre por el pecho tengo, librada allá en San Cristóbal, con Enrique Ochoa Antich, Leví Alter, Alberto Urdaneta y un grupo de más de cincuenta estudiantes, en respuesta a una medida de expulsión colectiva, por parte del Ministro Héctor Hernández Carabaño, en los tiempos del primer gobierno de Rafael Caldera, donde el movimiento estudiantil batalló duro por sus derechos.

A mí, que siendo dirigente estudiantil de casi todas las Escuelas Técnicas del país, y que un buen día, saliendo de la ETI de Valencia, fui detenido, desaparecido y aparecido en el Campamento Anti Guerrillero TO5 de Yumare, donde fui enjuiciado por rebelión militar, siendo un imberbe estudiante. A mí no me pueden venir a hora con el cuento, que en este siglo XXI y con este “socialismo” en marcha, tenga que olvidar lo que nos sucedió a casi todos los dirigentes estudiantiles en el siglo XX.

Gustavo Machado, Pio Tamayo, Miguel Otero Silva, Joaquín Gabaldón Márquez, Prieto Figueroa, Antonio Arráiz, Guillermo Prince Lara, Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba, Pedro Juliac, Ricardo Razetti, José Antonio Marturet, Inocente Palacios y Carlos Eduardo Frías, entre otros, también fueron jóvenes que sin formula de juicio y con fiscales complacientes, de un sablazo los mandaron a Palenque y al Castillo Libertador de Puerto Cabello, por haber "alterado el orden público" y participar en revueltas estudiantiles, aquellos carnavales de 1928, que resultaron la peor mueca del régimen despótico del General Juan Vicente Gómez.

Alí Primera, Kleber Ramírez, Julio Escalona, Jorge Rodríguez, Argelia Melet, Germán Lairet, Américo Martín, Héctor Pérez Marcano, Freddy Muñoz, Teodoro Petkoft, Juvencio Pulgar, Ali Rodríguez, Carlos Betancourt, María León y Fernando Soto Rojas, junto a otros chamos, dejaron sus pupitres y salieron a las calles a provocar disturbios estudiantiles, algunos contra la agonizante dictadura del General Marcos Pérez Jiménez, y otros contra el gobierno del ex dirigente estudiantil y ex perseguido político, Rómulo Betancourt.

Jorge Rodríguez, Juan Barreto, Saúl Ortega, Elías Mata, Julio Montes, Jacqueline Farías, William Barrientos, Idelfonso Finol, Tony Boza, Lenin Cardozo, Elías Jaua, Mari Pili Hernández, Frank D Armas, Euro González y los de reciente data, Héctor Rodríguez y Tarek El Aissami, asumieron ser militantes de las causas estudiantiles, que, con o sin capucha en mano, largaron el pellejo para demostrar sus verdades, pero ningún Fiscal les instruyó expediente alguno para que pasaran el resto de su juventud en cárceles tenebrosas como la Tumba.

Bassil Da Costa, Kluiberth Roa, Alejandro Márquez, Geraldine Moreno Orozco, Gisella Rubilar, José Gregorio Amaris Cantillo, Acner Isaac López Lyón y Arturo Alexis Martínez, han podido al pasar de los años, echar sus cuentos de juventud y haber sido influyentes ciudadanos en la Venezuela del futuro. Bien como diputados, ministros, escritores y hasta Presidentes de la República, pero jamás lo serán, porque ellos corrieron el riesgo de estudiar y luchar bajo el gobierno de Nicolás Maduro. Todos cayeron asesinados en las calles del país, cuando protestaban por sus ideales, tal como lo han hecho nuestros estudiantes, desde los tiempos de José Félix Rivas y sus seminaristas en la Batalla de La Victoria. Y ese es el punto.

Douglas Zabala

lunes, 14 de noviembre de 2016

La postración dialogante

Cuando planteamos que solo con  la presión popular se lograría el cambio en el 2016 lo hicimos conscientes de que en la cúpula de la MUD predominaba el colaboracionismo. Los acuerdos que los venezolanos conocimos ayer 13 de noviembre de 2016, y que son producto de la segunda reunión plenaria de la mesa de diálogo entre la cúpula de la MUD y la cúpula representante de las mafias que gobiernan el país, evidencian que se busca un pacto de élites para que no haya ningún cambio político de forma inmediata, como lo demanda más del 80% de la población venezolana. 

De esta forma, la cúpula de la MUD cohonesta políticamente todo el discurso gubernamental sobre la "guerra económica" cuando en unos de los acuerdos se habla de "combatir toda forma de sabotaje y boicot a la economía venezolana". Es decir, la crisis económica que vive el país no es producto de la destrucción del aparato productivo que se ha ejecutado el chavismo durante 17 años debido a una política económica de carácter antinacional, sino del sabotaje. Un sabotaje que, según el discurso de la dictadura madurista, ha ejecutado justamente la cúpula de la MUD que firma ese acuerdo. Asistimos entonces a la postración de la cúpula de la MUD ante la dictadura. 

Días antes de la segunda reunión de las cúpulas, escuchamos al Secretario Ejecutivo de la MUD diciendo que "se acabó la tregua". Pues esa supuesta "tregua" duró muy poco o no existió, ya que tras bastidores, que es donde se está realizando el verdadero diálogo y la negociación cupular, se acordó (lo vemos en los hechos) que no habría más movilizaciones de verdadera presión convocadas por la MUD; que a cambio de ello se liberarían a algunos presos políticos (aunque Carlos Ocariz evadió defender su condición de detenidos para no molestar a la dictadura) y se repetirían las elecciones en Amazonas (o sea, se acepta que hubo fraude, como lo ha dicho el PSUV). 

También se aceptó la acusación de que la MUD y la población venezolana, que se oponen mayoritariamente a esta dictadura, son las responsables de la crisis económica y la destrucción del aparato productivo. Se aceptó un hipócrita llamado a la paz leído justamente por un fascista de marca mayor como Jorge Rodríguez, el mismo que dirigió el asalto a la Asamblea Nacional. Otra cosa que aceptó la cúpula de la MUD fue que la Asamblea Nacional incurrió en desacato, tal y como lo decidió la oficina de asuntos jurídicos del PSUV, el TSJ. 

Distintos voceros de la cúpula de la MUD (nótese que venimos hablando del G4, es decir, de la cúpula, no de la MUD como instancia unitaria) ha dicho que la "estrategia" que han definido no niega las acciones de calle como "complemento" del diálogo. Pues desde que la cúpula de la MUD acudió al llamado de la dictadura a dialogar no se ha convocado a ninguna manifestación popular, a pesar de que varios partidos dentro y fuera de la MUD  y sectores sociales han manifestado la necesidad de que se retome la agenda de calle para lograr lo principal: que el cambio urgente sea en 2016 a través del referendo revocatorio. Solo hemos visto al movimiento estudiantil convocando a movilizaciones de calle con 3 exigencias: libertad de presos políticos, salida electoral a la crisis y ayuda humanitaria.

La actitud de la cúpula de la MUD se llama postración. No hay otra forma de llamar a todo esto que acabamos de describir. Una postración dialogante en la cual no se plantean perspectivas de cambio político. Una postración dialogante en la cual se da un frenazo a la presión popular.

Y muchos se preguntarán qué hacer. En primer lugar construir una nueva dirección política, amplia, realmente unitaria e incluyente. En segundo lugar, que dicha dirección política se dote de una estrategia en la cual el principal mecanismo de lucha contra la dictadura sea la presión popular en la calle, sostenida, sistemática, contundente, que logre poner contra la pared a la dictadura para arrancarle lo que ha secuestrado: el derecho al voto, el derecho a revocar en el 2016, establecido en la Constitución. En tercer lugar, es necesario  articular las luchas sociales con la lucha por el cambio político. Luchar por mejorar las condiciones de vida den la población es urgente. Hay que arrancarle a la dictadura conquistas reivindicativas como: aumento salarial, presupuesto justo para la educación y la salud, entre otras exigencias. 

El único lenguaje que una dictadura entiende es el de un pueblo movilizado, dirigido por un liderazgo que represente sus intereses y los del país en su conjunto.  La historia de Venezuela y el mundo está llena de ejemplos donde el protagonismo popular ha logrado derribar férreas dictaduras.  A diferencia de los voceros de la cúpula de la MUD y de la dictadura, que desconfían de la capacidad del pueblo de salir de regímenes autoritarios y dictatoriales, estamos convencidos de que solo con la presión popular se logrará el cambio urgente que anhela y necesita nuestro país. En eso estamos comprometidos.

Por René Cedillo
Miembro del Comité Político Nacional de Bandera Roja

domingo, 13 de noviembre de 2016

Con diálogo para los de arriba seguirá la lucha por los de abajo

Una mezcla de sentimientos de rabia, impotencia, incertidumbre y desconfianza existe en gran parte de los venezolanos que exigimos un cambio urgente en la conducción de nuestro país. La MUD suspendió las acciones de #PresiónPopular para iniciar un diálogo con el Gobierno, valga decir, con quienes nos acaban de confiscar el derecho al voto, el derecho constitucional a revocar a Maduro, con quienes desconocen y atacan a la Asamblea Nacional, y restringen derechos democráticos y libertades públicas, llenando las cárceles de presos políticos, en fin, los responsables directos de la catástrofe que en todos los órdenes sacude al país. No es que en Bandera Roja seamos empecinados contrarios del diálogo, incluso con este régimen dictatorial. No. Ese no es el debate.

El debate es que quienes se asumen dirección política de la oposición, no confían en el pueblo, en sus potencialidades de lucha y de cambio, en su capacidad de unión y organización, en su decisión indeclinable de salir lo más rápidamente posible de esta pesadilla y en su disposición de materializar ese deseo de cambio, de manera urgente. Parecen no creer que más de 80% de los venezolanos queremos salir de Maduro este mismo año. Creen más en sus “dotes” de negociación, con un fuerte olor a conciliación tras bastidores. Y aunque pareciera casual, definen una estrategia —u “hoja de ruta”— realmente inconexa, sin ilación, incoherente, sin valoración de los distintos frentes de lucha y sin buscar una amplia articulación de fuerzas políticas, sociales, gremiales, sindicales, comunitarias, más allá de los cuatro predestinados partidos decisorios llamados G4.

¿Cuáles son los planteamientos programáticos en debate en ese diálogo apaciguador? ¿Cuáles son los asuntos de los trabajadores en debate? Lo urgente es el aumento general de sueldos junto al fortalecimiento y respaldo al desarrollo productivo; el respeto a la soberanía en los asuntos del país; la defensa de la soberanía en el reparto de la explotación del arco minero o los contratos petroleros; la agenda recuperar el poder adquisitivo de la gente o el presupuesto para la salud, la educación y la defensa de los intereses de los más pobres; ¿El diálogo resolverá de manera inmediata los asuntos que han llevado hoy a la gente al borde del desespero, la muerte o la emigración? Maduro aprobó unilateralmente un Presupuesto 2017 que bajo el argumento de que se rasparon el dinero y se les agotó el petróleo, meten la mano en el bolsillo a los trabajadores con un presupuesto vía recaudación. Ahora, el Petróleo eres tú. Entonces ¿el diálogo busca defender a la oligarquía, o al pueblo trabajador?

Bajo el criterio de esta dirección política, nuestra lucha contra la dictadura madurista debería ser tutelada y dirigida desde Roma, Washington, Madrid e incluso Beijing y Moscú. Esto ratifica nuestra denuncia de que el actual régimen ha convertido a Venezuela en un área en disputa entre los imperialismos, pretendiendo cobijarse en uno para “enfrentar” al otro. Y la intermediación y negociación entre esos intereses se ha convertido en el protagonista, siendo los representantes opositores meros actores de reparto, muchachos de mandado al servicio de tal o cual interés foráneo.

Una estrategia política cuyo pivote ha sido la pelea por el hegemonismo en la lucha política y las candidaturas presidenciales adelantadas, ha conducido a una “estrategia política” que en el mejor momento de la historia de la oposición, podamos estar transitando hacia una derrota y una eventual desmoralización de las fuerzas populares.

Ha llegado el momento impostergable en el que se necesita una dirección política operativa, calificada, ágil, y capaz, que sea respetada y esté acorde con estos momentos finales de la dictadura. Una dirección política de lucha contra la dictadura madurista no puede establecerse bajo el criterio de los votos alcanzados o la suposición de una “potencial” fuerza electoral, sino de la autoridad política y la capacidad de conducir este torrente popular de cambio hacia la victoria. Pero también es momento de definir con quién se está en la lucha. Con los de arriba o con los de abajo. Bandera Roja se decanta como siempre por los intereses de los trabajadores, de los explotados y de los que quieren un cambio urgente; con los de abajo, vamos a luchar.


*#AbajoLaDictadura*
*#RevocatorioEnLaCalle*
*#RebeliónDemocrática*
*#PresiónPopular*

Caracas, 2 de noviembre de 2016
Por la Dirección Nacional de Bandera Roja
Gabriel Puerta / Secretario General 
Carlos Hermoso / Secretario General Adjunto

viernes, 11 de noviembre de 2016

Mujeres de Guayana cierran por una hora el puente sobre el Río Caroní

Con el objetivo de alzar su voz de protesta contra la intensa crisis que día tras día se acrecienta y azota a la familia venezolana, opositoras aglutinadas en el Movimiento Mujeres Resteadas por Guayana, protestaron en la mañana de hoy y trancaron la circulación por el puente sobre el río Caroní en San Féliz, estado Bolívar. 

María Álvarez, Secretaria General de Bandera Roja en el estado Bolívar, al frente de la protesta y con megáfono en mano, expuso que “somos mujeres dispuestas a luchar día a día por la libertad de nuestro país. Nos solidarizamos y apoyamos todas las luchas que vayan en esta dirección. Las mujeres venezolanas, madres abuelas, esposas, hijas, hemos sido y somos víctimas de la crueldad de este régimen."

jueves, 10 de noviembre de 2016

Una “Quinta Columna” que sirve a la dictadura madurista


El partido Bandera Roja se dirige a la opinión pública para desmentir que esté solicitando participar en el diálogo promovido por el régimen madurista. Ya lo hemos dejado bien claro al denunciar que el cónclave de élites entre la MUD y el PSUV está bien alejado del protagonismo social que hemos estado promoviendo desde hace varios años, con el impulso del movimiento asambleístico, el fortalecimiento y unificación de las luchas sociales, la creación de un verdadero poder de base en nuestra sociedad y el levantamiento de una propuesta de Reconstrucción Nacional como programa unificador para un cambio de rumbo.

     Ahora el Gobierno no solo arrima a su política a buena parte de la cúpula de la MUD, sino que también utiliza a sus agentes en este caso el quinta columna Pedro Véliz, quien también incluye y menciona a otras fichas progobierno, como el MAS, Democracia Renovadora, Pablo Medina, etcétera para crear más confusión entre los venezolanos, en un alarde de oportunismo político que evidencia el colaboracionismo de estos tránsfugas con el régimen, al pedir su inclusión en el diálogo engañoso y apaciguador.