El 11 de Abril de 2002, la traición al pueblo

domingo, 13 de noviembre de 2016

Con diálogo para los de arriba seguirá la lucha por los de abajo

Una mezcla de sentimientos de rabia, impotencia, incertidumbre y desconfianza existe en gran parte de los venezolanos que exigimos un cambio urgente en la conducción de nuestro país. La MUD suspendió las acciones de #PresiónPopular para iniciar un diálogo con el Gobierno, valga decir, con quienes nos acaban de confiscar el derecho al voto, el derecho constitucional a revocar a Maduro, con quienes desconocen y atacan a la Asamblea Nacional, y restringen derechos democráticos y libertades públicas, llenando las cárceles de presos políticos, en fin, los responsables directos de la catástrofe que en todos los órdenes sacude al país. No es que en Bandera Roja seamos empecinados contrarios del diálogo, incluso con este régimen dictatorial. No. Ese no es el debate.

El debate es que quienes se asumen dirección política de la oposición, no confían en el pueblo, en sus potencialidades de lucha y de cambio, en su capacidad de unión y organización, en su decisión indeclinable de salir lo más rápidamente posible de esta pesadilla y en su disposición de materializar ese deseo de cambio, de manera urgente. Parecen no creer que más de 80% de los venezolanos queremos salir de Maduro este mismo año. Creen más en sus “dotes” de negociación, con un fuerte olor a conciliación tras bastidores. Y aunque pareciera casual, definen una estrategia —u “hoja de ruta”— realmente inconexa, sin ilación, incoherente, sin valoración de los distintos frentes de lucha y sin buscar una amplia articulación de fuerzas políticas, sociales, gremiales, sindicales, comunitarias, más allá de los cuatro predestinados partidos decisorios llamados G4.

¿Cuáles son los planteamientos programáticos en debate en ese diálogo apaciguador? ¿Cuáles son los asuntos de los trabajadores en debate? Lo urgente es el aumento general de sueldos junto al fortalecimiento y respaldo al desarrollo productivo; el respeto a la soberanía en los asuntos del país; la defensa de la soberanía en el reparto de la explotación del arco minero o los contratos petroleros; la agenda recuperar el poder adquisitivo de la gente o el presupuesto para la salud, la educación y la defensa de los intereses de los más pobres; ¿El diálogo resolverá de manera inmediata los asuntos que han llevado hoy a la gente al borde del desespero, la muerte o la emigración? Maduro aprobó unilateralmente un Presupuesto 2017 que bajo el argumento de que se rasparon el dinero y se les agotó el petróleo, meten la mano en el bolsillo a los trabajadores con un presupuesto vía recaudación. Ahora, el Petróleo eres tú. Entonces ¿el diálogo busca defender a la oligarquía, o al pueblo trabajador?

Bajo el criterio de esta dirección política, nuestra lucha contra la dictadura madurista debería ser tutelada y dirigida desde Roma, Washington, Madrid e incluso Beijing y Moscú. Esto ratifica nuestra denuncia de que el actual régimen ha convertido a Venezuela en un área en disputa entre los imperialismos, pretendiendo cobijarse en uno para “enfrentar” al otro. Y la intermediación y negociación entre esos intereses se ha convertido en el protagonista, siendo los representantes opositores meros actores de reparto, muchachos de mandado al servicio de tal o cual interés foráneo.

Una estrategia política cuyo pivote ha sido la pelea por el hegemonismo en la lucha política y las candidaturas presidenciales adelantadas, ha conducido a una “estrategia política” que en el mejor momento de la historia de la oposición, podamos estar transitando hacia una derrota y una eventual desmoralización de las fuerzas populares.

Ha llegado el momento impostergable en el que se necesita una dirección política operativa, calificada, ágil, y capaz, que sea respetada y esté acorde con estos momentos finales de la dictadura. Una dirección política de lucha contra la dictadura madurista no puede establecerse bajo el criterio de los votos alcanzados o la suposición de una “potencial” fuerza electoral, sino de la autoridad política y la capacidad de conducir este torrente popular de cambio hacia la victoria. Pero también es momento de definir con quién se está en la lucha. Con los de arriba o con los de abajo. Bandera Roja se decanta como siempre por los intereses de los trabajadores, de los explotados y de los que quieren un cambio urgente; con los de abajo, vamos a luchar.


*#AbajoLaDictadura*
*#RevocatorioEnLaCalle*
*#RebeliónDemocrática*
*#PresiónPopular*

Caracas, 2 de noviembre de 2016
Por la Dirección Nacional de Bandera Roja
Gabriel Puerta / Secretario General 
Carlos Hermoso / Secretario General Adjunto

1 comentario:

  1. considero muy importante,lo relativo a lo organizativo, ya que las masas vienen actuando emocionalmente.
    Es necesario que su participación y acción estén impregnada de conciencia para el Cambio de Régimen.

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