El 11 de Abril de 2002, la traición al pueblo

jueves, 22 de septiembre de 2016

Comunicación del Frente Nacional de Mujeres al Defensor del Pueblo


                                                             Caracas, 14 Septiembre 2016


Ciudadano  
Tarek William Saab
Defensor del Pueblo
Su Despacho

De nuestra consideración

El Frente Nacional de Mujeres, integrado por dirigentes de  partidos políticos de la alternativa democrática, movimientos gremiales y sindicales, ONG, así como reconocidas mujeres de trayectoria en el área política y de defensa de los derechos humanos de las mujeres, nos dirigimos a usted para elevarle nuestra honda preocupación por las extremas condiciones de violencia física, sicológica, política y moral a la que es sometida cotidianamente la mujer venezolana.

Diariamente la mujer venezolana, debe salir muy temprano (cuando no es que pernocta en las adyacencias), a hacer largas colas frente a los comercios que expenden comida, para –muchas veces- tener que regresar a sus hogares sin ningún alimento, bien porque ese día estos no llegaron, o bien porque su elevado costo le impidió adquirirlos. Esa noche, como muchas otras, es probable que su grupo familiar se acueste sin comer. Muchas veces el simple hecho de salir a comprar los alimentos, se reviste de violencia verbal y física por parte de los cuerpos policiales, dueños de establecimientos o los mismos vecinos que han entrado en una dinámica de competencia física para poder acceder a los víveres. La peor parte la llevan las mujeres de la tercera edad y las embarazadas o con niños en brazos, a quienes no se les respeta sus derechos establecidos en la Constitución Bolivariana de la República de Venezuela ni en las leyes respectivas.

En cuanto a la inseguridad, vemos cómo la violencia contra las mujeres aumenta, sin discriminar edad ni estrato social, siendo altamente alarmante los robos y asesinatos contra adultas mayores. Demás está señalar que estos crímenes se amparan bajo el manto de impunidad reinante en el país. Adicionalmente, acudir al Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses a reclamar a sus deudos, se ha convertido en un ejercicio de trámites burocráticos que constituyen una afrenta que se suma al sufrimiento padecido.

Otro aspecto a destacar es la crisis en la salud. Mueren parturientas y sus recién nacidos; mueren mujeres con enfermedades oncológicas, principalmente de cáncer de mama y con otras patologías, no solo por falta de insumos médicos, sino hasta por falta de ambulancias que las trasladen y  por falta de médicos especialistas.

Asimismo, no podemos dejar de mencionar las amenazas directas, y a través de los medios de comunicación, contra cientos de mujeres que trabajan en la administración pública, por el solo hecho de haber firmado para solicitar el referendo revocatorio presidencial. La mayoría de estas amenazas ya fueron ejecutadas, privándolas no solo de llevar el sustento para sus hogares y coartándole su derecho a ejercer libremente sus preferencias políticas, sino de su derecho a recibir amparo por cuanto muchas Inspectorías del Trabajo se niegan a procesar sus demandas.

También solicitamos escuchar y procesar con celeridad las solicitudes de las esposas, madres, hermanas y demás familiares de los denominados presos políticos, que no son más que hombres y mujeres que permanecen tras las rejas, por el solo hecho de  atreverse a levantar la voz frente a las injusticias que se cometen en el país.

Este clima de inseguridad personal y alimentaria, de deterioro de la salud, ha elevado considerablemente los episodios de agobio físico y emocional, así como los de protesta ciudadana, siendo el “toque de cacerolas” un recurso utilizado para expresar las carencias existentes y la falta de respuestas eficientes y oportunas. Por ello, el Frente Nacional de Mujeres observa con gran preocupación los hechos ocurridos en la localidad de Villa Rosa, Estado Nueva Esparta, el viernes 2 de Septiembre, cuando en  ocasión de una visita del ciudadano Presidente a esa localidad, las mujeres tocaron cacerolas para tratar de llamar su atención sobre  las carencias que sufrían,  y la respuesta presidencial, fue desproporcionada contra las mujeres que participaron en dicha protesta. Esa noche las mujeres venezolanas observamos con asombro y gran rechazo, cómo un Presidente “zarandeaba” a una de esas mujeres, sin reparar que la ciudadana era una mujer de la tercera edad que ejercía plenamente sus derechos.

Para agravar aún más la situación, el Presidente de la República utiliza un lenguaje descalificador, procaz  y ofensivo, que muchas veces raya en lo obsceno, sin reparar en el horario en el que se dirige a la nación, donde muchas veces hay audiencia infantil, violentando las normas de respeto que cada familia transmite en el seno de su hogar para tratar de preservar un ambiente de paz y convivencia. Reírse impúdicamente del hambre del pueblo (“la dieta de Maduro te pone duro…sin necesidad de viagra”), es inaceptable en una democracia donde se respeten los DDHH.

Habida cuenta de los planteamientos formulados, le solicitamos, con carácter de urgencia, que esa Defensoría haga valer los derechos y la dignidad de la valiente mujer venezolana, que hoy enfrenta los avatares de una crisis alimentaria, de salud, de violencia de género y de desconocimiento de sus derechos políticos sin precedentes.


Mujeres de: Bandera Roja (BR), Primero Justicia (PJ), Acción Democrática (AD), COPEI; Un Nuevo Tiempo (UNT), Proyecto Venezuela (PV),  Alianza Bravo Pueblo (ABP), , Avanzada Progresista (AP); Movimiento al Socialismo (MAS); Mujeres de la CTV;   Mujeres Democráticas Unidas (MUDEMU), Federación Venezolana de Abogadas (FEVA), Mujeres Demócrata-Cristianas de América Latina y el Caribe (MUDCA); Género, Democracia y DDHH/EGP; ASOSABER, Fundación Venezuela Propositiva.

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