La Dictadura disfrazada, enmascarada y llena de miedo, desató su macabro plan represivo contra los dirigentes opositores para esconder su desastre. El allanamiento a la celda de Leopoldo López, primero, y el allanamiento y secuestro de Antonio Ledezma en sus oficinas, luego, marcan el comienzo de un teatro que el Gobierno ha venido preparando con miserable premeditación, cinismo y alevosía.
El plan dictatorial no es otro que el mantener su mentira sobre un supuesto golpe de Estado, que pretende en el fondo desviar totalmente la atención política, social y comunicacional, tanto en Venezuela como a nivel internacional, de la gravísima crisis económica y social que este régimen hace padecer a nuestro país.
Aumento de la gasolina, dólar liberalizado y megadevaluación histórica de nuestra moneda nacional, desabastecimiento indetenible y destrucción casi total del aparato productivo, acompañado todo esto de un saqueo bárbaro de nuestras ya menguadas riquezas y la entrega de nuestra soberanía a intereses extranjeros, son el cuadro verdadero y real que quieren ocultar. En medio de esto, pretenden generar las condiciones para SUSPENDER O CAMBIAR LAS ELECCIONES y para eternizarse en el poder. Es esto lo que está detrás de este macabro y violento espectáculo que están montando, incluso a costa de vidas humanas.