El 11 de Abril de 2002, la traición al pueblo

sábado, 8 de noviembre de 2014

¡Proclama de Barcelona! #CongresoCiudadano

Congreso de Ciudadanos
Gran Encuentro Regional de Oriente.

En Barcelona, los delegados electos en Asambleas de Ciudadanos en los estados Anzoátegui, Bolívar, Monagas, Sucre, Nueva Esparta y Delta Amacuro, reunidos en el Congreso de Oriente expresamos nuestra irrevocable decisión de lograr el restablecimiento pleno de la democracia y la libertad en Venezuela, así como unir nuestros esfuerzos para la exigente y hermosa tarea de la reconstrucción nacional.

El Congreso de Oriente es expresión legítima del pueblo angustiado, asediado y colmado de limitaciones y necesidades, y se asume como parte del poder constituyente ciudadano para buscar una salida urgente a la crisis que vive Venezuela.

En nuestra región impera la incapacidad,  la improvisación,  la mediocridad de la clase dirigente oficial, su falta de visión  e  irresponsabilidad. Sus políticas, como en todo el país, han producido hambre, miseria, pobreza, inversión de valores, vacío de la autoridad política y administrativa, oscurantismo en el debate, opacidad en el manejo de las cuentas públicas, corrupción desenfrenada e impunidad frente al delito.  Así se ha creado una geografía de horror que sólo la miopía del régimen y sus representantes impide ver en su aterradora dimensión.

Oriente padece hambre y desempleo. Miles de trabajadores parados por falta de ofertas de trabajo. Tragedia de la educación por la deserción escolar y la inexistencia de profesores en materias esenciales. Nuestros pueblos y caseríos han sido abandonados. El servicio de salud es miserable y los médicos y medicinas no se pueden conseguir. No hay alimentos, la producción campesina se ha reducido a una insignificante cosecha; es estrepitosa la caída de la ganadería de carne y leche.

Las empresas pequeñas y medianas mueren de mengua. La clase media desaparece y los pobres ya no pueden aspirar al ascenso social. El Oriente vive en toque de queda a manos de la policía, el hampa, el narcotráfico y el gobierno. Estamos presos en nuestros hogares mientras en las calle impera el caos.

Ante esta anarquía y ante la ausencia de un liderazgo competente, hemos decidido asumir directamente, nosotros, delegados al Congreso Ciudadano reunidos en Oriente, la responsabilidad de asumir la conducción del rescate de la libertad y la reconstrucción nacional. Hemos esperado mucho de los dirigentes, ahora les exigimos que se incorporen con nosotros para derrotar la dictadura imperante y lograr el cambio del régimen lo antes posible.

Lo haremos por métodos constitucionales y pacíficos, pero no renunciaremos a ese objetivo en procura de atajos que sólo signifiquen pequeñas parcelas de falso poder para cohabitar con el régimen.

Las viejas recetas de acción política han sido superadas por las nuevas realidades, la política regional está invadida  de liderazgos débiles. Ahora es necesario reconstituir la dirección democrática con la directa participación de los ciudadanos, sean independientes o militantes de partidos políticos.

El Congreso de Oriente es un llamado a la organización de los ciudadanos de abajo hacia arriba. Sólo así seremos aptos para exigir en la calle nuestros derechos. Sólo así podemos acercar el objetivo de cambio profundo que tantas veces se nos ha escapado. Viene una crisis monumental en los próximos meses y sólo la organización ciudadana sólida podrá manejarla.

Vendrán también elecciones en las que los ciudadanos participaremos en el contexto de la lucha por el reemplazo del régimen. Como demócratas entendemos que las elecciones son un mecanismo esencial de la democracia, pero hoy sólo tienen sentido si se asumen en el marco de la denuncia vigorosa del ventajismo, el fraude, la coacción y la militarización de los procesos electorales. Las elecciones son para que la sociedad se exprese y no para permitir la confiscación de su representación.

Proclamamos que  los líderes o voceros democráticos, deben nacer y validar su liderazgo, renovar sus lealtades en la entraña del pueblo en elecciones primarias y abiertas sin privilegios que sólo premian lealtades personales o grupales.

El Congreso de Oriente, como primer congreso regional, llama a los delegados de todo el país a asumir plena conciencia de nuestra misión. Los ciudadanos tenemos la tarea de derrotar este régimen y de conquistar la libertad.

Somos herederos de las luchas heroicas de estudiantes y trabajadores petroleros, de obreros de todo el país y de empresarios que se han jugado por la democracia, de los periodistas y editores que han luchado sin doblegarse, de las mujeres que como madres, esposas e hijas han luchado sin desmayo. Somos herederos de los que han caído asesinados, de los presos políticos y exiliados.

Somos herederos de la Generación de 2014 que abrió el camino para la salida de este régimen opresor.
Ahora a organizarnos y a organizar, a difundir nuestro mensaje, a ganar voluntades, a solidarizarnos con todo el que luche, a tenderle la mano a los que discrepan, a buscar coincidencias incluso con quienes hemos adversado, a construir la unidad de las trincheras, de los luchadores.

Los ciudadanos hemos escrito la historia contemporánea y nos toca escribir el penúltimo capítulo: el del cambio constitucional del régimen actual. El último capítulo de este tiempo será el de la reconstrucción nacional. A ella convocamos.

Hacia el Gran Encuentro Regional de Occidente..!
Hacia el Gran Encuentro Regional del Centro..!
Hacia el Congreso de Ciudadanos..!

Barcelona, Anzoátegui, 8 de noviembre de 2014.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Señor Presidente, ¿15%? Basta de burlas contra los trabajadores 

Unión de Trabajadores Revolucionarios (UTR) / Bandera Roja/ Resistencia

El irrespeto permanente y la burla irónica hacia quienes vivimos de nuestro trabajo, conforman el discurso engañoso del presidente que se autodenomina “obrero” y de su séquito de ineptos y mafiosos en su gobierno. Destruyen la producción nacional, llevan la industria a sus ínfimas capacidades, arrasan el campo y la producción agrícola, destruyen el empleo decente y productivo, extienden la especulación y la corrupción como forma de vida, elevan a proporciones nunca vistas nuestra dependencia de bienes importados e hipotecan la república al incrementar la deuda pública a niveles insospechados, conduciendo a nuestra economía y a nuestro país a una situación de debilidad y vulnerabilidad que nos convierte en víctima fácil de la voracidad de las potencias imperialistas. Aun así, Maduro tiene el tupé de decir que gobierna a favor de los pobres y de los trabajadores, cuando son las mafias, los banqueros y los boliburgueses quienes se llevan la gran tajada en el reparto del botín en que se ha convertido la renta petrolera. El pueblo trabajador sufre las consecuencias del desastre económico a que nos ha llevado el régimen: se cierran fábricas y se abren tarantines, sube el desempleo y los salarios se vuelven sal y agua frente a la progresiva y permanente escalada inflacionaria.

Queriendo aparecer como un ser generoso que lleva una totumita de agua a un gigantesco incendio forestal, Maduro pretende que le aplaudan el gesto tramposo y engañoso y que los trabajadores venezolanos lo celebremos y nos olvidemos de que ese paquete de incremento de salario nominal y de ajuste del bono alimentario es bochornoso, chucuto y discriminatorio. Los analistas más conservadores calculan que la espiral inflacionaria rebozará este año 65 % en promedio, y que será mayor a 100 % en muchos componentes de la cesta alimentaria, por lo que el 15% de incremento del salario mínimo se ve, lo menos, como un mal chiste. A esto se le agrega que el desabastecimiento y la escasez generalizada multiplican las calamidades del pueblo trabajador, pues en algunas ciudades del interior hasta se debe pagar el doble o el triple del precio para conseguir artículos imprescindibles de la cesta alimentaria, para sobrevivir en medio de esta especulación desatada.

Algunos billetes más y monedas de precario poder de compra en el bolsillo de los trabajadores para nada significan elevación del bienestar del pueblo. Los que sí trabajan, los que se sudan para ganarse la vida, los que van a los mercados o abastos saben perfectamente la burla que resumen estos anuncios del gobierno. Con pañitos calientes no se cura la fiebre ni se atiende una crisis de esta magnitud. Con estos anuncios tampoco se conjura la tragedia que viven los hogares venezolanos frente al altísimo costo de la vida, sumado a otras calamidades como la crisis de salud, educación, vivienda, transporte público e inseguridad.

Una bonanza millonaria de dólares petroleros que entraron a las arcas nacionales durante 15 años ha sido dilapidada vulgarmente por desidia y corrupción. ¡Hay que exigir cuentas y responsables a este régimen! Ideas trastocadas de supuestos “gurúes de la economía blindada” nos han dejado en ruinas la infraestructura industrial y agrícola del país, que si alguna vez produjo poco, hoy casi no produce nada, ni el campo ni las zonas industriales de las ciudades. He allí la razón de la economía de puerto a la cual estamos sometidos y la razón del alto costo de los alimentos. El juego perverso del diferencial cambiario —con tres tasas legales y un mercado negro de dólares alimentado por mafias que se enriquecen rápidamente— tiene que explicar la jefatura del régimen cómo se sostiene si no está ligada estrechamente a quienes controlan las divisas. He allí la razón de una economía donde los trabajadores somos quienes pagamos, directa e indirectamente con nuestro sudor las consecuencias de este negocio mafioso. Es decir, los trabajadores cobramos salario en bolívares y tenemos que pagar bienes tasados a dólar paralelo.

Algunos economistas, luego del desastre económico producido por este grupo de mafias boliburguesas, pretenden decir que ese miserable aumento del 15% va a producir más inflación. Economistas trasnochados anclados en el liberalismo más rancio e inconsecuente, confunden aumento de salario con inflación, cuando la responsabilidad principal sobre la inflación la tiene la limitada o casi inexistente producción de bienes y servicios (oferta de productos), y la sustitución de la producción nacional por bienes importados más caros, lo que genera un incremento en los precios por la vía de la restricción de la oferta, acompañado de la creciente demanda insatisfecha a la que se ve sometida la población. Visto así, ese miserable aumento no traerá más inflación. Por el contrario, será devorado inmisericordemente por una inflación proyectada de tres dígitos para el año entrante, y una estimación objetiva de más del 70% para el cierre de este año, y particularmente en alimentos y bebidas, de más de 100%. Los trabajadores seremos víctimas por doble, de la inflación resultado de la destrucción del aparato productivo nacional, y de salarios que reducirán como nunca nuestra capacidad de consumo a niveles de subsistencia elemental. Vamos a un abismo sin precedentes en la historia económica del país.

Así las cosas, se hace más urgente la unidad del pueblo. La organización de su fuerza para exigir, impulsar, luchar y lograr lo necesario para abrir una real perspectiva del bienestar económico merecido para los trabajadores: salida de los responsables de este desastre criminal en la economía y construcción de un nuevo poder capaz de convocar la fuerza de todo el pueblo para propiciar un CAMBIO DE RUMBO en la economía y en la sociedad.

No habrá verdadero alivio a las precariedades que sufre el pueblo si no propiciamos un salto efectivo que sume la mayor capacidad de trabajo productivo en un Programa de Reconstrucción Nacional. Quienes detentan el poder ya demostraron en estos 15 años su incapacidad para asumir tal reto. Quienes por mezquinos intereses grupales han decidido colaborar con ellos solo podrán prolongar la agonía de este régimen. El país necesita y demanda el fin de esta feria de discursos y disfraces. Alejarnos del populismo y extirpar el cáncer de la corrupción. Hay que retomar el camino de una verdadera transformación económica, social y política que solo tendrá soporte real en el trabajo productivo, en una revolución industrial en todas las áreas, que incorpore la fuerza joven al estudio y al trabajo, en una democracia de nuevo tipo con la permanente participación de la ciudadanía organizada. Debemos sacudirnos el yugo de las potencias imperialistas, chinas, rusas o gringas, de los banqueros y especuladores y de las mafias que hoy se reparten el botín desde el gobierno.

Desde la Unión de Trabajadores Revolucionarios (UTR) convocamos a los trabajadores a movilizarnos para enfrentar esta continuada agresión contra nuestras condiciones de vida y de trabajo. Que la crisis la paguen los corruptos y los boliburgueses, no el pueblo trabajador. Unidad de todos los trabajadores en defensa de un salario digno, trabajo decente, seguridad social y apertura de fuentes de empleo. Basta de demagogia y de engaños.

¡A movilizarnos contra el paquete neoliberal y hambreador de Maduro!
¡Asamblea en la fábrica, asamblea en el barrio,
asamblea en las aulas y combate en la calle!

Unión de Trabajadores Revolucionarios / Bandera Roja
6 de noviembre de 2014

domingo, 2 de noviembre de 2014

La rebelión de Burkina Faso: un paso a la libertad

Un fantasma recorre el mundo, es el fantasma de la rebelión popular. África tampoco escapa de las revueltas y rebeliones que se generalizan en el mundo en contra de gobiernos autoritarios y liberales que, como en Venezuela, se han disfrazado con discursos y posiciones de izquierda para someter al atraso y la ignominia a poblaciones enteras. Burkina Faso no escapó de esta tendencia, y el Movimiento Ciudadano, encabezado principalmente por jóvenes, se ha lanzado a las calles hasta lograr derrotar a un gobierno de 27 años que pretendía mantenerse en el poder de manera indefinida.

Lo que para algunos era un poder omnímodo, como un castillo de naipes vio su desmoronamiento repentino y en apenas tres días de manifestaciones sin precedentes, y de una decidida participación del movimiento estudiantil y la juventud, el pueblo de Burkina Faso derrotó al régimen establecido en el país africano durante más de 27 años y que pretendía modificar la Constitución en su artículo 37, estableciendo la “reelección indefinida”. Un poder que parecía incuestionable, fue derrotado en horas por la acción decidida y unitaria del pueblo burkines, país anteriormente llamado Alto Volta.

La “tierra de hombres íntegros” (eso significa Burkina Faso en lengua Mossi) actualmente atraviesa una encrucijada en la que es determinante la participación de los trabajadores y campesinos y de la juventud, en buena medida influida por dirigentes del Partido Comunista Revolucionario Voltáico, y de dirigentes revolucionarios y progresistas nacionales y provenientes del exilio, quienes han dotado de experiencia al movimiento de este país tras la independencia lograda frente a Francia en el muy reciente 1960.

Este país de agricultores principalmente, con cerca de 15 millones de habitantes tiene un PIB constituido en un tercio por los productos agroindustriales como maíz, arroz, maní, mijo y fundamentalmente algodón y con enormes recursos naturales de minería. Es uno de los países más pobres del mundo con un ingreso bruto per cápita de 1.200 dólares al año (100 dólares al mes) y enfrenta actualmente la pretensión continuista del teniente coronel Isaac Zida, presidente impuesto por el ejército de ese país y leal (guardia presidencial) al depuesto presidente Blaise Campoare tras 27 años de gobierno ininterrumpido. Sectores del viejo poder de Uagadugú, capital de Burkina, pretenden darle continuidad a un modelo entreguista que afianza la dependencia agrícola y económico-política de Francia e impide su desarrollo soberano e independiente, en el marco de la democracia y la participación ciudadana.


Actualmente (hoy 2 de noviembre de 2014) Burkina Faso enfrenta nuevas manifestaciones que reclaman un cambio verdadero y revolucionario frente al cambio gatopardiano que pretenden brindarle los oligarcas locales y los imperialistas, tras el disfraz de la “transición”. Ciudadanos volcados a las calles debaten en asambleas populares sobre los destinos del país y se está gestando un poder popular que ha costado detener mediante la fuerza y la represión, aún con más de 40 asesinados según cifras aproximadas de medios internacionales. Es un episodio no concluso que de antemano sienta un precedente revolucionario para los países africanos gobernados a la vieja manera autoritaria, cuyas poblaciones avanzan en la voluntad de cambiar hacia modelos de desarrollo soberano, de progreso e independencia. Es el despertar de los pueblos africanos y de los pueblos del mundo por su desarrollo soberano.

En la “Plaza de la Revolución”, como bautizaron los revolucionarios a la plaza de la Nación, se concentran masivamente los ciudadanos voltáicos para mantener la presión popular hacia el cambio. Venezuela debe solidarizarse con el pueblo de Burkina Faso y con su disposición política de transformación revolucionaria y soberana en su país. Hoy son un ejemplo sobre el tipo de unidad que debe construir Venezuela: la unidad de los que verdaderamente quieren cambio para la democracia, la soberanía, el progreso y la libertad, en la firme idea de la reconstrucción nacional, de progreso productivo e independiente.

Viva Burkina Faso y su pueblo valiente

Vivan los jóvenes y ciudadanos voltáicos

Solidaridad con los dirigentes y militantes del partido hermano PCRV y demás organizaciones revolucionarias


Viva el África libre e independiente

Comisión Internacional
Partido @Bandera_Roja
Venezuela
02-11-2014