Un día como hoy, en1966, luego de ser torturado, aparece muerto en los calabozos del SIFA (Servicio de Inteligencia de las Fuerzas Armadas) el periodista revolucionario Fabricio Ojeda, quien fuera Presidente de la Junta Patriótica que derrocó la dictadura de Marcos Perez Jimenez. Desde entonces todos los 21 de junio se conmemora en Venezuela el Día del Martir Revolucionario. Publicamos a continuación carta dirigida a la Cámara de Diputados del extinto Congreso Nacional, en virtud de que su contenido político e ideológico tiene plena vigencia, pues el pueblo de Venezuela sigue sufriendo los mismos males de hace cincuenta años, solo que el régimen de dominación actual es mas hipócrita que el anterior, ya que se disfraza de socialista y revolucionario, pero aplica la misma política del bipartidismo, convirtiéndose así en la peor estafa a los anhelos de transformacion de nuestro pueblo, que luego de medo siglo, sigue buscando una alternativa de progreso, democracia y bienestar. ¡¡Honor y Gloria a Fabricio Ojeda!!
«Señores Presidente, Vicepresidente y demás miembros de la Cámara de Diputados.
Palacio Legislativo. Caracas.
Distinguidos colegas:
En el primer aniversario de la suspensión de las garantías Constitucionales, un grupo de estudiantes de la Universidad Central y yo, hicimos una promesa de extraordinaria significación. Estábamos en el Cementerio General del Sur, frente a la tumba de Alberto Rudas Mezzone –uno de los tantos jóvenes caídos en la lucha por la libertad–, allí levantamos las manos y las voces y juramos: que el sacrificio de nuestros mártires no sería en vano. Juramos continuar sus pasos y cumplir su obra, para que la sangre derramada retoñase en nueva vida para el pueblo.
Y desde entonces comenzamos a prepararnos para el cumplimiento irrenunciable. Con este objetivo, redimir al pueblo haciendo honor al sacrificio de sus mártires, hemos trabajado sin descanso, hemos luchado sin cesar. Ahora a mí, solo me queda, como decía un insigne pensador latinoamericano [José Martí], "cambiar la comodidad por la miasma fétida del campamento, y los goces suavísimos de la familia por los azares de la guerra, y el calor del hogar por el frío del bosque y el cieno del pantano, y la vida muelle y segura por la vida nómada y perseguida y hambrienta y llagada y enferma y desnuda".