El 11 de Abril de 2002, la traición al pueblo

viernes, 30 de abril de 2010

Un 1° de Mayo para unirnos en la pelea

Trabajadores arrechos
reclaman sus derechos
Bandera Roja

Entre amenazas de despido, contratos colectivos vencidos que no se discuten y con muchas de sus cláusulas violadas, salarios de hambre, aumento del desempleo, des-conocimiento de los derechos laborales y cárcel para el que proteste, llega este 1º de Ma-yo, Día Internacional del Trabajador. Este panorama se repite en todo el país y tiene su máxima expresión en las empresas e instituciones del Estado, donde el patrono ha borrado reivindicaciones que fueron logradas con mucha lucha y sacrificio por los trabaja-dores. PDVSA es hoy el mejor ejemplo de estos atropellos contra la clase obrera, y en la misma línea siguen las empresas básicas de Guayana y otras en manos del Estado. La situación en la administración pública no es mejor, con la firma de contratos ilegales y el chantaje de la sumisión política a cambio de una precaria estabilidad en el empleo. Muchos empresarios privados se aprovechan también de esa campaña antiobrera del gobierno para desmejorar las condiciones de trabajo y el respeto a los derechos laborales, sobre todo los que viven de los contratos y del contubernio con el gobierno. Para colmo hay más de 3.000 providencias de reenganche emitidas por las Inspectorías del Trabajo que los distintos entes públicos desconocen, pues no les da la gana de cumplirlas.
La calidad de vida de los trabajadores se deteriora constante y progresivamente: el alto costo de la vida, la escasez de alimentos, la inseguridad personal, la falta de viviendas dignas, el deterioro de los servicios públicos, entre otros, nos muestran que los bonitos discursos no tienen una contraparte en la realidad. Además, la ineficiencia del gobierno y el autoritarismo militarista han echado a la calle a miles de trabajadores, como resultado de la expropiación de empresas y la invasión de granjas productivas, para cederlas a otros venezolanos que –también necesitados– terminan por abandonarlas o llevarlas a la quiebra.
Todo el año las protestas de trabajadores han copado la escena: paros, cierre de calles, huelgas de hambre, enfrentamientos con autoridades y manifestaciones de todo tipo no han podido ser acalladas por el gobierno. En su esfuerzo por reprimirlas, han encarcelado a dirigentes y hoy se encuentran 200 trabajadores con procesos judiciales abiertos, bajo régimen de presentación ante tribunales. Esto sólo ha aumentado el descontento y la rabia.
En estas luchas todavía dispersas comienza a destacar un elemento clave para el renacimiento de la organización y el movimiento de trabajadores: es la idea de la UNIDAD para enfrentar al Gobierno-Patrono, más allá de las divisiones por posiciones políticas que tanto han perjudicado a los venezolanos, y sobre todo a la clase obrera. Hoy los trabajadores caminan juntos para exigir el respeto a sus derechos, por mejores condiciones de vida para sus familias, por libertad sindical, por seguridad social y personal, por con-trato, en una acción colectiva sin precedentes en los últimos diez años. Es con esta unidad como podrá desenmascararse la falsedad del gobierno, que dice favorecer a los sectores sociales excluidos, mientras enriquece groseramente a los banqueros y a las empresas transnacionales.
Frente al empeño del gobierno por dividir y destruir las organizaciones de lucha de los trabajadores –tarea en la que ha avanzado mucho–, los sindicatos, gremios y asociaciones sólo podrán fortalecerse si dejan de lado las diferencias políticas del momento y las aspiraciones personales o grupales y ponen por delante los principios básicos que unen a los trabajadores: SOLIDARIDAD frente al patrono, FIRMEZA para enfrentar las injusticias y la salvaje explotación, BÚSQUEDA de mejores condiciones de vida y de trabajo, RESCATE de los instrumentos sindicales para la lucha y no para la burocracia, y UNIDAD para hacer valer en la práctica nuestros derechos legales y constitucionales. Sólo así los trabajadores nos haremos respetar y recuperaremos un merecido espacio en la sociedad por ser creadores de la riqueza, que aún sigue muy mal repartida y peor apropiada.
Este 1° de Mayo convocamos a redoblar esfuerzos para consolidar la unidad popular, unidad que trasciende el marco de los acuerdos electorales y se convierte en una necesidad histórica para construir una nueva democracia en Venezuela, que supere la estafa que ha significado esta farsa revolucionaria y deseche cualquier apetencia por retornar a formas de gobierno que también demostraron su fracaso. La unidad que hoy requiere el país está por encima de apetencias sectarias y hegemónicas de élites políticas que buscan ser mayoría en la Asamblea Nacional para favorecer –ya sea desde el oficialismo o desde la oposición– a perpetuidad este régimen autoritario y su camarilla, en detrimento de los trabajadores y del país en general.
Llamamos a los trabajadores a organizarse, a continuar la defensa de sus intereses y a votar en nuestra tarjeta para construir una nueva mayoría en el Parlamento nacional que permita avanzar en la construcción de una democracia popular.
¡Por nuestros derechos y por una nueva democracia!
¡Unidad y lucha frente al engaño y la injusticia!

Bandera Roja

Fragmento documental El Mayo Frances

Serie de sucesos que tuvieron lugar en Francia durante el mes de mayo de 1968 y que han sido definidos de forma variada: crisis, revuelta, huelga y revolución. Este último término, no obstante, no se aplica en sentido estricto puesto que la situación política quedó simplemente modificada y no transformada por completo.
París,Barrio Latino en Mayo de 1968
A comienzos de 1968, a pesar de la asignación de sustanciales partidas presupuestarias para el Ministerio de Educación, surgió una creciente inquietud entre los estudiantes franceses, quienes criticaban la incapacidad del anticuado sistema universitario para dar salida al mundo laboral a un número, cada vez más elevado, de licenciados. Al mismo tiempo, diversos grupúsculos inspirados por las ideologías anarquista, trotskista y maoísta, manifestaron su oposición a la sociedad capitalista y al consumismo.
Estudiantes de sociología de la Universidad de Nanterre, próxima a París, fueron particularmente activos y proclamaron que la universidad debía convertirse en el centro de la revolución contra el capitalismo; su ocupación del campus provocó la clausura de la universidad a finales de abril, por lo que decidieron reunirse en la Sorbona. Al temer violentos enfrentamientos entre grupos de derecha e izquierda, se pidió la intervención de la policía, violando así la autonomía gubernativa de la universidad y su condición de lugar donde puede exponerse con total libertad cualquier expresión. A consecuencia de todo ello, los sindicatos de estudiantes y profesores convocaron una huelga general. Después de una semana en la que las manifestaciones estudiantiles fueron duramente reprimidas por la policía, los sindicatos obreros convocaron una huelga general para el 13 de mayo. Nueve millones de trabajadores respondieron a este llamamiento.
Los sucesos sorprendieron al gobierno. Charles de Gaulle y su primer ministro Georges Pompidou estaban fuera del país y su respuesta fue vacilante, oscilando entre una postura conciliadora y la represión. En los últimos días de mayo, François Mitterrand declaró que estaba preparado para suceder al general De Gaulle. El 30 de mayo, miles de personas ocuparon los Campos Elíseos en apoyo de De Gaulle, manifestando que habían sufrido ya suficiente chienlit (vocablo creado por De Gaulle, que venía a significar de forma peyorativa 'desorden').
Ese mismo día, De Gaulle proclamó su intención de permanecer en el poder y de disolver la Asamblea Nacional francesa. Las elecciones, celebradas en junio, fueron un triunfo para De Gaulle. En ese mismo año se firmaron los Acuerdos de Grenelle y los sindicatos negociaron un incremento del salario medio del 12%. Sin embargo, De Gaulle estaba convencido de la necesidad de una reforma en la sociedad francesa y defendió la aplicación del concepto de participation (reparto de los beneficios). Decidido tras su éxito electoral a reforzar su poder, propuso un referéndum nacional sobre la regionalización y la reforma del Senado, aunque en el fondo era una aprobación popular a su política. Sus propuestas fueron rechazadas y el 28 de abril de 1969 dimitió.
El movimiento de mayo de 1968 en Francia fue sobre todo una manifestación en contra del régimen gaullista. No constituyó el repudio a la política como tal, sino más bien el rechazo a un estilo tecnocrático de gobierno.
¿Qué quedó?
La revuelta de Mayo del 68, como tal, no provocó cambios realmente decisivos en la sociedad francesa. La Universidad sí cambió: los estudiantes y el profesorado progresista se adueñaron prácticamente de ella, pero luego fueron perdiendo ese poder poco a poco. En las fábricas, los trabajadores obtuvieron ciertas mejoras salariales y de condiciones de trabajo, y los sindicatos, un aumento de su influencia. El Estado mejoró las prestaciones sociales, en la vía del tan mentado Estado de bienestar. Pero no olvidemos que todas esas mejoras, lo mismo que los cambios que se fueron produciendo en las costumbres -en el estilo de vida, en la familia, en las relaciones de pareja, en las formas de ocio, etc.- coincidían con lo que pudiéramos llamar la evolución natural de la realidad: en otros países de la Europa occidental no hubo una revuelta tan llamativa, y sin embargo avanzaron en dirección muy semejante.


La particularidad francesa, que tiene desde luego relación con lo ocurrido en Mayo del 68, no estriba tanto en los resultados materiales obtenidos y visibles como en el sólido fundamento social que les proporcionó. Lo estamos comprobando ahora. Treinta años después, la política antisocial hecha suya por la Unión Europea encuentra en la población francesa resistencias superiores a las que han ofrecido las poblaciones de otros Estados europeos. En Gran Bretaña, por ejemplo, primero con Thatcher y ahora con Blair, el neoliberalismo está pudiendo hacer sus estragos sin toparse con ninguna resistencia insalvable. Por no hablar de lo sucedido aquí: nos daríamos con un canto en los dientes por alcanzar unos niveles de protección social como los que la mayoría de los franceses rechazan cuando se los proponen ahora.
En Francia, el apego a las políticas sociales -el objetivo de la calidad de vida, en suma- tiene una fuerza superior, a la que sólo Italia se acerca. No cabe duda de que eso tiene mucho que ver, no ya estrictamente con la revuelta de Mayo del 68, pero sí con los movimientos sociales de aquella época, de los que Mayo del 68 bien puede tomarse como emblema.

LA UNIDAD NO PUEDE SER OTRA ESTAFA AL PUEBLO



De acuerdo con la Ley de Participación Electoral vigente, hecha a la medida del régimen de Hugo Chávez Frías (HCF), en donde la minoría más grande se lleva todo, se hizo necesario unificar esfuerzos entre todos los partidos políticos y organizaciones civiles en torno a lo que se denominó la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), para así llevar una propuesta de candidatos de oposición al país, como alternativa frente al régimen totalitario que controla la Asamblea y la tiene hoy al servicio de los intereses individuales de HCF.

Resulta que entre las minorías opositoras la cayapa de Acción Democrática (AD), Un nuevo Tiempo (UNT) y Primero Justicia (PJ), impusieron un reparto de candidaturas, avalados por otros partidos de esta minoría opositora a cambio de un plato de lentejas, sin respeto alguno por la democracia, por las demandas del país y sin valorar el sentido de la Unidad, más allá del fetichismo del mismo, cuya palabra invocan como chantaje para justificar su imposición arbitraria al resto de las organizaciones políticas y civiles. Volvieron a imponerse en la MUD, las viejas prácticas de la llamada Cuarta República, hoy continuadas también en este régimen de la llamada V República.

Dadas estas prácticas arbitrarias y su chantaje fetichista de la Unidad sin respeto alguno por el elector, gracias al manejo mafioso del accionar político, estos partidos políticos adelantan la ruptura de la unidad como alternativa de cambio frente al régimen de HCF, pues pareciera que para AD, UNT y PJ, lo que importa es imponer una mayoría dentro de las minorías opositoras en la Asamblea Nacional, toda vez que surta efecto el chantaje de la unidad como mecanismo para que los demás se plieguen a sus designios prepotentes y arbitrarios. Pero olvidan que elector venezolano está altamente politizado y este tipo de prácticas las rechaza, por lo que el voto opositor no es irracional ni automático, como suponen estos señores.
Esta práctica se pudo evidenciar en la MUD de Vargas, al igual que en el resto del país, en la MUD – Nacional, por lo que Bandera Roja (BR) no avaló en ningún momento la configuración de candidaturas impuestas por este trío de arbitrarios, ni acepta ser cómplice de estas prácticas fascistoides a cambio de una migaja o un arenque, como parece que están actuando muchas de las organizaciones que guardan un silencio cómplice en la MUD, para conseguir algún mendrugo para su supervivencia, que en definitiva, no terminan sino haciéndole un gran favor al régimen de HCF, pero se convierten en otra estafa más al pueblo varguense y venezolano en general y truncan toda posibilidad de ofrecer una alternativa, tanto a los que una vez creyeron en HCF, como al resto de los opositores.

En este sentido, BR hace votos porque este tipo de acciones bastardas de la política se erradiquen y corrijan, por la vía de opciones alternativas frente a estas mafias políticas, tanto opositoras como del régimen de HCF. Por otra parte, desde BR seguimos apostando a opciones electorales basadas en el respeto al otro, en la pluralidad de pensamiento (real y sin hipocresía, que respete a los que creemos en el socialismo), que se preocupe por presentar las mejores mujeres y los hombres, que sepan el sentido del ser parlamentario, como ‘tribuno’ que sirva de contralor al Ejecutivo Nacional, apoye los presupuestos del Estado al que representa, apoye una Ley Especial de Zona Franca y Libre de Impuestos, tanto comercial como turística, científico y tecnológica, como incentivo para el desarrollo del Estado, que legisle y vigile las acciones que garanticen la seguridad frente al delito y los crímenes, que haga efectiva la Ley de Seguridad Social y sea garante de las contrataciones colectivas de todos los trabajadores que desde hace diez años no discuten contrato colectivo laboral con el Estado. En BR sí creemos que la derecha y la izquierda juntas, sobre bases de respeto y democracia, pueden contribuir en sacar al país de la miseria a la que nos llevaron los errores de la democracia representativa y el régimen de HCF, como expresión del peor producto de la llamada IV República y la estafa al pueblo que ambos han representado.

Finalmente, BR sigue aportando y apostando a la Unidad entre todos los venezolanos para derrotar este régimen totalitario de HCF, pero a cuenta de ello o de una curul parlamentaria, no hipoteca principios ni se compromete en ninguna estafa contra el pueblo venezolano. Lamentamos el agotamiento y la liquidación de la MUD, por parte de los vivos criollos, que pretenden reeditar errores sin respeto alguno por el elector y la democracia. Pero en BR no aceptamos otra estafa, después de la de HCF, así se llamen opositores. Invitamos a los jóvenes trabajadores, obreros, estudiantes, mujeres trabajadoras, amas de casa, profesionales y todas las personas de buena voluntad a seguir trabajando para presentar una alternativa unitaria en las próximas lecciones parlamentarias, sin pretender chantajear al elector venezolano, sea de derecha o de izquierda.


Prof. Luis Pino
Secretario General de Bandera Roja – Vargas
Miembro del Comité Central de BR
0414-3103288
sipango60@yahoo.es