sábado, 9 de agosto de 2014

El #PaquetazoMafioso y el aumento de la gasolina

El #PaquetazoMafioso
La oscura verdad detrás del aumento de la gasolina

El gobierno ha logrado entronizar la idea en diversos sectores políticos de que el aumento de la gasolina es una cosa “justa e inevitable”. Los argumentos, como en pasados gobiernos, hacen ver que su precio es ridículo de cara al precio internacional. Como ayer, comparan el precio del agua con el de la gasolina, entre otros ejemplos.

¿Por qué el aumento?
La verdad es que el gobierno, como antes en el marco del bipartidismo, y luego de quebrar al país tras un saqueo desenfrenado de buena parte del erario público, ahora debe recurrir a medidas que le permitan cuadrar las cuentas nacionales para cubrir el gasto y contar con reservas para garantizar los ritmos de importación relativamente adecuados para satisfacer parte de la demanda interna de bienes y servicios.

Como ayer, buscan vender activos del Estado (privatizaciones) para cubrir déficit y mantener la solvencia frente a los acreedores. Ahora no es Sidor sino Citgo, principal activo del Estado fuera de nuestras fronteras. Este negocio le permitiría al gobierno alcanzar varios objetivos. De una parte, hacerse de dólares para aumentar de manera contingente las reservas internacionales para seguir importando, honrar parte de la deuda próxima a vencerse y drenar algunos recursos para el fondo que busca cubrir parte del déficit fiscal.

De otra  parte, es un hecho el que Estados Unidos marcha aceleradamente hacia la reducción de su dependencia de la importación de crudo. Para este año ya comenzó a exportar petróleo después de 40 años. También ha aumentado sus exportaciones de gas. Además, vender Citgo complace a los chinos ya que el volumen destinado a Citgo, en el orden de los 450 mil barriles diarios, bien pueden ser desviados a China y así poder honrar compromisos contraídos a cambio de los préstamos en buena parte a ser cancelados con petróleo.

Cómo ayer, buscan implantar una paridad cambiaria que les permita contribuir con la reducción del déficit fiscal. En esto tienen contradicciones que se desprenden de tres factores, a saber; eliminar o reducir drásticamente el 6,30 les quita el negocio redondo que realizan las mafias gubernamentales que, en connivencia con sectores de la  oligarquía importadora, al hacerse de dólares a 6,30, importan con una parte de esos dólares solicitados mientras distraen el resto para colocarlos en el  mercado negro o contribuir con la fuga de divisas. Los cálculos indican que en el último lustro se han distraído alrededor de 70 mil millones de dólares en estas operaciones. Cálculo que se desprende de una simple operación matemática: el volumen de lo importado es inferior en ese monto con lo otorgado para tales fines. Además, este monto se aproxima a la fuga de capitales en el mismo período. Súmese a esto que la venta de lo importado en el mercado interno es muy superior al precio indicado para el producto importado. Esto es, se vende muy por encima del 6,30; y en tercer lugar, acabar con el 6,30 mermaría la capacidad de importación de productos chinos, lo que no es del agrado de los asiáticos, ya que buena parte de los préstamos que le han otorgado al gobierno es para importar bienes chinos. Nos prestan para que les compremos. Sin embargo, frente a los acreedores, sean chinos, rusos, o el Fondo Monetario Internacional, el gobierno busca cuadrar algunas cuentas para mantener su capacidad de crédito. El caso argentino es un alerta ya que los llamados fondos buitre pueden actuar frente a una restructuración de la deuda motivada por la calificación de riesgo país ante los déficits y el comportamiento de algunas variables como inflación, desempleo, caída del PIB, entre otros.

¿Sentido común?
Los argumentos propagados por unos y otros parten de señalar un sentido común que cuadra a la perfección con el interés oligárquico. Se "sanean" las cuentas, tratando de mantenerse la orientación de afianzar la dependencia de Venezuela al capital financiero internacional, afianzando, a su vez, su papel en la cada vez más clara división internacional del trabajo. Por ello, se equivocan quienes afirman que no hay política económica.

Estamos en presencia de medidas inscritas en el más rancio liberalismo. Fuera de estas medidas, no hay nada que indique un cambien la orientación económica. Se equivocan quienes ubican que son medidas que expresan el fracaso de un modelo que ha fracasado en otras partes, haciendo ver que se trata del socialismo, cuando en verdad esta política es la expresión más clara del liberalismo económico que orienta e impone una división internacional del trabajo en cual Venezuela juega el papel de proveedor de energéticos y otras materias primas y de importador de bienes para satisfacer la demanda interna. Todo indica que estas medidas profundizarán la crisis. Se convierten en factores de destrucción de fuerzas productivas y agudizan la confrontación social.

¿Hay otra propuesta?
Desde Bandera Roja siempre hemos señalado que sí es posible salir de este estado de cosas pero ello nos obliga a organizar al pueblo y crear la organización popular como alternativa de un nuevo poder donde se discuta un futuro basado en una democracia de las mayorías y de los sectores nacionales, que propone una economía productiva. Y el #CongresoCiudadano es la alternativa inmediata.

Una economía productiva puede ser edificada sobre nuevas bases en el impulso de un proyecto de Reconstrucción Nacional que se proponga una Nueva Economía para el desarrollo. Proponemos un plan acelerado de desarrollo industrial y agrícola diversificado que siente las bases para alcanzar una revolución industrial como vía a la autonomía y soberanía nacional productiva y agroalimentaria respetando las distintas formas de propiedad y brindando las mejores condiciones para la producción.

Dirigir la inversión pública y privada enfocando el ahorro social a la financiación de proyectos productivos a bajas tasas de interés que guíen la inversión y que alcance el equilibrio económico con base en el crecimiento de la recaudación de Impuesto Sobre la Renta, disminuyendo la presión tributaria sobre la población y proporcionando servicios básicos de calidad. Todo ello requiere de una política bancaria ajustada que lleve al sistema a cumplir su papel de intermediador y catalizador del ahorro social hacia la inversión productiva a  bajas tasas.

Que el petróleo sea palanca para el desarrollo diversificado de la economía y su renta canalizada principalmente hacia la inversión productiva. Mientras, la industria petrolera se diversificará en correspondencia con las orientaciones de sustituir bienes importados en el sector de derivados los vinculados a la industria y su desarrollo, y revisar todos los acuerdos alcanzados que atentan contra la producción nacional estableciendo relaciones con otros países en base al beneficio mutuo resumen la guía de esta nueva política.

¿Con cuál proyecto político?
Una Nueva Democracia basada en la participación asambleística como espacios donde se discutan los grandes problemas del país y donde se respete su carácter vinculante como lo establece la Constitución, garantizando el respeto a las libertades donde el derecho a la movilización y la protesta encuentren atención a los motivos y no la represión y garantía de respeto a los derechos humanos y a la autonomía de los poderes públicos.

El carácter popular será garantía para la realización de los principales derechos ciudadanos como la Salud, Educación, Vivienda, Transporte, entre otros. El desarrollo de la economía conducirá a mayores niveles salariales y de bienestar y ascenso social. La base de la política de empleo será el desarrollo diversificado del aparato productivo, sustentados en una nueva ética nacional, con la participación de la gente y con un liderazgo que sea fiel a la ética según la cual los intereses populares y nacionales deben colocarse como norte de actuación de cada venezolano. Que, combatiendo la corrupción hasta extirparla, haga eficaz la inversión pública para satisfacer las demandas sociales y eleve la producción nacional.

Carlos Hermoso
Secretario General (Adj.) Bandera Roja
Comisión Nacional de Formación

Comisión Nacional de Propaganda

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